Cada europeo consume catorce toneladas de materias primas y genera otras cinco de basura al año. En un mundo de recursos menguantes, es alarmante. La solución podría ser reutilizar, reparar o reciclar los productos o sus materiales, lo que reduciría los residuos. El lunes 6 de julio, la Eurocámara debate un informe que pide a la Comisión Europea que presente una propuesta ambiciosa para facilitar la transición hacia la economía circular y el diseño de productos para que tengan más de una vida.

En una economía circular, al contrario que en la basada en el principio de usar y tirar, el ciclo de vida de los productos se extiende gracias a un mejor ecodiseño que facilita las reparaciones, la reutilización y la refabricación de viejos productos. La vida útil de los productos también se alarga gracias a una durabilidad mejorada; a una mejor gestión del tratamiento de residuos; y a nuevos modelos de negocio basados en alquilar, compartir y recurrir a artículos de segunda mano. Todo lo cual convierte al consumidor en usuario.

En un informe que será debatido este lunes y votado el miércoles, el Parlamento Europeo reclama que se establezca un objetivo obligatorio para aumentar un 30 por ciento la eficacia de la gestión de los recursos en la Unión Europea en 2030 en comparación con 2014. Esta medida podría impulsar el producto interior bruto (PIB) casi un 1 por ciento y crear dos millones de nuevos puestos de trabajo sostenibles, según los cálculos de la Comisión Europea.

Cambio sistemático

«Para invertir la tendencia, necesitamos un verdadero cambio de paradigma y un enfoque sistemático que requiere cambios tanto reglamentarios como económicos, además de sociales y educativos», señaló la eurodiputada popular finlandesa Sirpa Pietikäinen, ponente de la Eurocámara en esta cuestión. «Cambios en el conjunto de la sociedad», puntualizó.

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