Tras días de incógnitas y de filtraciones, Donald Trump anunció la pasada noche la salida de EE.UU. del acuerdo mundial contra el cambio climático alcanzado en París en diciembre de 2015. Tras la polémica decisión, que ha generado reacciones de todo tipo, la pregunta está abierta: ¿cómo repercutirá la decisión del presidente estadounidense en el cumplimiento de los objetivos del pacto alcanzado hace un año y medio? ¿de qué manera afectará a la difícil situación climática del planeta? Ante la alarma generada, muchos países han reaccionado con responsabilidad y visión de futuro. La retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París puede ser compensada con la favorables expectativas que han abierto China e India, que se muestran partidarias de prescindir del carbón en el futuro y apostar por las energías renovables.

¿Cómo nos dice a la cara que nos condena a muerte? Se va a encontrar represalias en mucha mayor medida de lo que él espera. Lo que predominará será una reafirmación indignada por parte de muchos países” Teresa Ribera  Directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales de París (IDDRI) Climático

Una mala noticia que no frenará un cambio imparable

“Esta es una mala noticia, y no hay que esconderla; tampoco es una novedad. No es algo que nos pille desprevenidos. Hablamos de la primera economía y un gran emisor de CO2 per cápita, pues aunque China es el país con más emisiones, su tasa es menor en términos de toneladas de CO2 per capita anual”, dice Xavier Labandeira, catedrático de Economía de la Universidad de Vigo. Labandeira destaca de todas maneras que “Estados Unidos es mucho más que Trump, pues también intervienen en este debate estados, ciudades y los ciudadanos. Además, todo esto topa con la tendencia a la implantación mundial de las energías renovables y la eficiencia energética”. “Esta es una marea que Trump no podrá parar”, pronostica.

Marcha por el clima en Nueva York. flickr Elizabeth Stilwell

Un liderazgo cambiante en favor a China e India

El liderazgo mundial en la lucha contra el cambio climático, de hecho, está cambiando. Pedro Linares, responsable de la cátedra de energía y sostenibilidad de la Universidad Pontificia Comillas, considera que, ante la decisión de Donald Trump, “China y Europa ya han dicho que se comprometen a asumir más responsabilidades y más políticas para alcanzar los objetivos”. “A nivel climático -recalca Linares- los efectos de esta decisión serán muy pequeños. Cada vez más, las emisiones las marcan los países en desarrollo, no los de la OCDE, ya que sus emisiones bajan.

La incógnita está en China e India. Estos países marcarán la agenda climática”. “Es un efecto sacudida notable”, lamenta Teresa Ribera, directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales de París (IDDRI). “Sospecho que no habrá muchos países que abandone el acuerdo. Serán pocos, alguno pero pocos. Lo que predominará, seguro, será una reafirmación indignada por parte de muchos otros. China, India, la UE o Canadá ya han reaccionado a la afrenta gravísima contra los planes de prosperidad mundial”.

A nivel climático los efectos de esta decisión serán muy pequeños. Cada vez más, las emisiones las marcan los países en desarrollo, no los de la OCDE, ya que sus emisiones bajan. La incógnita está en China e India. Estos países marcarán la agenda climática” Pedro Linares. Responsable de la cátedra de energía y sostenibilidad de la Universidad Pontificia Comillas

Menos dependientes del carbón

La tendencia de China e India a reducir su dependencia del carbón probablemente reducirán las emisiones globales proyectadas de carbono entre dos a tres mil millones de toneladas en 2030 en comparación con la estimación del año pasado. Así lo indica un informe de centro de estudios Climate Action Tracker.

Por eso, este centro de estudios afirma que es improbable que los retrocesos que comportarán las políticas de Trump vayan a tener mayores impactos sobre las emisiones globales del planeta para el 2030. El consumo de carbón de China ha disminuido en los tres años últimos años, (2013 a 2016), y las perspectivas son que siga habiendo una disminución lenta y continua. India ha empezado a valorar que las centrales eléctricas a carbón planificadas pueden ya no ser necesarias, y sus políticas anunciadas (si se aplican plenamente) permitirían una significativa desaceleración en el crecimiento de las emisiones de CO2 durante la próxima década.

Tanto China como la India están en condiciones de superar sus compromisos climáticos del Acuerdo de París. Hace cinco años, la idea de que uno de los dos países detuviera o incluso frenara el uso del carbón se consideraba algo inimaginable, ya que las centrales eléctricas de carbón eran presentadas como necesarias a toda costa para satisfacer las demandas energéticas de estas naciones. Sin embargo, observaciones recientes muestran que ahora están en camino para superar este desafío. Esto contrasta con las decisiones de la administración estadounidense bajo el Presidente Trump, quien parece estar decidido a ir en la dirección contraria.

Un Trump no tan influyente pese al “alarmante aislacionismo”

Se estima que si las políticas de Trump se aplican plenamente y no son compensadas con otras actuaciones, las emisiones de gases en el futuro en Estados Unidos se aplanarán, en lugar de que continúen la actual tendencia a la baja. Pese a eso, y conociendo la relevancia de EE.UU. en el campo de las emisiones de gases de efecto invernadero, su presencia o no en el pacto puede no ser tan determinante. Linares apunta a que “puede afectar a la rapidez del cumplimiento, pero puede ser que no afecte en nada. Ya no depende tanto de las fuerzas políticas, sino de los avances tecnológicos.

Son muy importantes las políticas estatales y las de las ciudades” –las grandes urbes emiten un 70% de los gases de efecto invernadero-, pero que Trump cambie políticas federales no está claro que vaya a tener un efecto real. En EE.UU., muchos creen que por mucho que el país salga del acuerdo del clima de París o que se emprendan políticas federales contrarias, las emisiones seguirán bajando”. Ribera, por su parte, destaca que “sería mejor mantener a EE.UU. dentro del acuerdo y que tuviera voluntad de emprender políticas federales como las tenía Obama”. Pero, pese a que el nuevo escenario de “aislacionismo” sea “alarmante”, “los precios, la madurez tecnológica y la voluntad de los clientes nos hace pensar en Tesla, en techos solares, en el incremento de la energía solar y eólica y en la revolución del sistema eléctrico. La revolución está en marcha y es imposible pararla”.

Esta decisión, sin embargo, “sí afectará a un aspecto fundamental, hiriente y denostable: acabará de reducir todas las contribuciones de EE.UU. a los fondos climáticos que ayudaban a facilitar a un modelo de desarrollo diferente para los países más pobres y más vulnerables. Eso es injusto y criticable, ya que puede frenar el proceso de cambio en grandes zonas”.

“Él no puede responder por pocos votantes, también debería responder delante de la comunidad mundial. ¿Cómo nos dice a la cara que nos condena a muerte? Se va a encontrar represalias en mucha mayor medida de lo que él espera”, concluye Ribera. La retirada supone lanzar un mensaje muy negativo, por más que las contribuciones prometidas por los países para mitigar el cambio climático tienen un carácter voluntaria. “Si la primera economía al mundo, que tiene capacidad para actuar, se retira, ¿qué mensaje se le está dando a los países que tienen niveles de emisiones medios o bajos?”, se pregunta por su parte Labandeira. “El impacto va a ser claro, ese no es un país menor”. Labandeira considera un sinsentido que Trump invoque la defensa de carbón para retirarse de Acuerdo. “El carbón está muerto por la competencia del gas (fracking); se exporta y está mecanizado”, dice para resaltar que no está justificado esgrimir la defensa de estos empleos, teniendo en cuenta que los nuevos yacimientos de empleo están en las energías renovables.

Un mercado cambiante

En los últimos diez años, el mercado de la energía se ha transformado: el precio de las energías renovables de energía eólica y solar ha disminuido drásticamente. En muchos países y regiones, las energías renovables ahora son rentables con los combustibles fósiles y, desde 2015, han sido responsables de la mayoría de las nuevas instalaciones. Incluso con una disminución del valor global de la inversión en casi un cuarto, las inversiones en energías renovables en 2016, sin contar las grandes hidroeléctricas, aumentaron en un 9% en comparación con 2015.

Igual es justo el susto que necesitamos para despertarnos y empujarnos con más decisión y velocidad aun en la dirección correcta” David Howell SEO/Birdlife

En conjunto, los comportamientos en India y China van camino de causar un impacto significativo en el crecimiento proyectado global de las emisiones de gases de efecto invernadero. Se estima una reducción de entre 2 y 3 GtCO2 en 2030 en comparación con las proyecciones realizadas el año pasado. Superan significativamente los efectos potencialmente negativos sobre las emisiones extra de la Administración Trump en EEUU de alrededor de 0,4 GtCO2 en 2030.

No obstante, hay que recordar que las promesas en el Acuerdo de Paris (limitar el aumento de temperaturas a dos grados respecto a la época preindustrial) no se están cumpliendo. Van camino de aumentar 2.8 grados sobre la época preindustrial en el 2100 aún cumpliendo las promesas acordadas en París, según recuerda el centro de estudios Carbon Action Tracker. Tras la decisión de Trump, la pelota está en el tejado del resto del mundo. “Igual es justo este susto, y es lo que necesitamos para despertarnos y empujarnos con más decisión y velocidad aun en la dirección correcta”, apunta David Howell, miembro de SEO/Birdlife. La primera prueba está cerca de casa y la veremos en las negociaciones en la UE sobre el paquete de energía y clima para 2030“. “En ese sentido, la ministra Tejerina, el Ministro Nadal y los eurodiputados españoles harán bien en demostrar con hechos el nuevo protagonismo climático que aparentemente quiere Mariano Rajoy para España”.

Fuente: http://www.lavanguardia.com