La fuga, activa desde el sábado, ha arrojado al mar unos 570.000 litros de petróleo.

vertido petróleo

El vertido ha arrojado al mar unos 570.000 litros de petróleo / Fuente: Gene Blevins

Un gran vertido de crudo, equivalente a unos 3.000 barriles de petróleo, golpea con fuerza en el sur de California y amenaza gravemente las populares playas de Huntington Beach, especialmente famosas por ser de los mejores lugares de la zona para practicar surf.

La fuga petróleo procede de una plataforma en el Pacífico, Elly, y tiene lugar desde el pasado sábado. Según han cifrado las autoridades, hasta el momento, ha arrojado al mar unos 570.000 litros de crudo. Se trata, en palabras de los expertos, de uno de los peores desastres naturales de esta zona «en décadas» y ya alertan del peligro que supone para la fauna y la flora del lugar.

Por supuesto, la alcaldesa de Huntington Beach, Kim Carr, ha reconocido que la estimación de 3.000 barriles probablemente se quede corta puesto que se cree que la empresa responsable del vertido, Beta Offshore, todavía no ha conseguido frenar la fuga por completo.

«Desafortunadamente estamos empezando a ver peces y pájaros cubiertos de crudo que están llegando hasta nuestras costas», ha añadido en una rueda de prensa.

Las autoridades cerraron este domingo las playas de Huntington Beach y pidieron a los ciudadanos que evitaran la costa. También se canceló la última jornada del Pacific Airshow, una multitudinaria exhibición aérea que congrega en Huntington Beach a cientos de miles de personas a lo largo del fin de semana.

Un rastro negro en playas casi vacías

Situada a unos 60 kilómetros al sureste del centro de Los Ángeles (EE.UU.), Huntington Beach tiene alrededor de 200.000 habitantes y es una de las ciudades más importantes del adinerado condado de Orange.

Con su fotogénico muelle frente al océano y una larga hilera de playas seguidas, esta ciudad refleja fielmente el seductor estereotipo del sur de California: sol, mar y vida relajada.

Sin embargo, Huntington Beach presentó este caluroso domingo una imagen muy distinta a la de costumbre, con la gente luchando a codazos por cada metro cuadrado de arena. Hoy solo unos pocos se han acercado a esta zona.

La mayoría paseaba, jugaba a voleibol o tomaba el sol, aunque algún insensato también se acabó metió en el agua, pese a la prohibición. Quienes se han acercado a la zona, han comprobado cómo la fuga deja pequeñas manchas y restos pringosos de crudo que se acumulaban poco a poco hasta formar unas líneas que discurren en paralelo al mar.

Esos preocupantes rastros negros son lo que ha llegado hasta la tierra, pese a los esfuerzos de los servicios de emergencia para contenerlo antes de que alcance las zonas más delicadas de la costa.

Alerta en los humedales

Una de las áreas que más preocupa a las autoridades es el humedal de Talbert Marsh, una reserva natural en Huntington Beach que es el hogar de decenas de especies de aves. A mitad de la tarde, Efe constató cómo dos lanchas con cuatro trabajadores recorrían e inspeccionaban Talbert Marsh.

«Ha empezado a llegar al humedal», apuntó a Efe Kevin Beck, un vecino de la cercana Irvine (EE.UU.) que acudió a Huntington Beach a ver en persona «el daño» que había provocado el vertido. «Están limpiando y haciendo lo mejor que pueden (…), pero al final están muriendo muchos peces y aves», lamentó.

Beck, que se autodefinió como «ecologista», dijo que lo sucedido era algo «espantoso», se mostró muy preocupado por cómo va a afectar a la vida salvaje de la zona, e instó a California a que deshaga cuanto antes de «la extracción de petróleo en la costa».

Las explicaciones de la empresa

Beta Offshore, la empresa que opera la plataforma Elly, es una división de Amplify Energy. El consejero delegado de Amplify Energy, Martyn Willshare, confirmó que la compañía se dio cuenta de la fuga el sábado por la mañana y admitió que aún no se sabe exactamente dónde se produjo. Por esa razón se han desplegado a buzos en la zona para determinar el «motivo del incidente».

«Estamos totalmente comprometidos a estar aquí hasta que este incidente haya concluido. Estamos colaborando con el Servicio Guardacostas de California, con el Departamento de Peces y Fauna y con numerosos agencias estatales y comunidades locales», dijo.

Además, Willshare concretó que la instalación petrolífera data de finales de los 70 y principios de los 80, y que fue adquirida por su compañía hace 9 años, momento desde el cual han llevado a cabo labores de mantenimiento «meticulosas».

Fuente: La Vanguardia