El proyecto ‘Reutilización de aguas depuradas para usos ambientales: Recarga de acuíferos mediante barreras reactivas y silvicultura con fines energéticos’ (Reaguam), desarrollado por la Universidad de Alcalá de Henares, a través de la Fundación Imdea Agua (Instituto Madrileño de Estudios Avanzados), y la Fundación Centro de las Nuevas Tecnologías del Agua (Centa), busca poner en valor el agua residual a través de la depuración y el posterior tratamiento para el riego de especies que pudieran ser susceptibles de generar biodiésel sin utilizar recursos naturales.

La planta experimental del Centa en el municipio sevillano de Carrión de los Céspedes es el lugar seleccionado por el proyecto,  que junto con otros en las islas de Fuerteventura y El Hierro; y desde inicio de este año 2011 se comenzó la plantación de ‘Jatrophas curcas’, una planta tropical que produce una semilla similar a la aceituna, tóxica y no comestible, con alto valor energético y que generar gran cantidad de aceite, según ha informado  la directora adjunta de la Fundación Imdea Agua, Irene de Bustamante.

Esta iniciativa, que está precedida por un proyecto anterior desarrollado por las mismas instituciones y también centrado en la reutilización de aguas residuales, busca poner en valor «un recurso que, de hecho, se tira, pues el agua residual se vierte al medio natural sin volver a darle uso», tratándola para el riego de la especie.

El proyecto, que se ha presentado esta semana en el Congreso Internacional Smallwat11, que se está celebrando en Sevilla, está utilizando aguas residuales de la planta del Centa en Carrión tras efectuar un proceso de depuración y reacondicionamiento, «aún más», para proceder al riego de las ‘Jatrophas curcas’. De esta manera, se está analizando la viabilidad de esta especie tropical en España.

La doctora en Ciencias Geológicas ha explicado que este programa, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación con 152.000 euros, intenta la producción sostenible de biodiésel, «hoy día muy demandado y estudiado, sobre todo, por las compañías aéreas que buscan sustituir los combustibles fósiles por los biocombustibles.

Por otro lado, ha indicado que tras la generación de la aceituna se procede a la prensa y tratamiento similar al realizado para la producción de aceite. Una vez obtenido éste se acomete los trabajo de emisión de biodiésel. Además, hace hincapié en el proceso natural del proyecto, apuntando al respecto la depuración de las aguas residuales urbanas en la planta de Carrión, realizada con las tecnologías de la Fundación Centa mediante filtro de arena.

En este sentido, ha aclarado que además del uso para riego del agua depurada y tratada, otro de los fines de agua regenerada es la recarga de acuíferos en la planta, para lo que las residuales reciben un tratamiento especial buscando una mayor limpieza y protección del riego y recarga.

El proyecto reguamb utilizará las aguas residuales para el riego de especies productoras de biodiésel. foto: buzonverde.com

Beneficios sociales, economicos  y ambientales

Entre los objetivos ambientales, la profesora Titular desde 1990 en el Departamento de Geología de la Universidad de Alcalá ha indicado «la no utilización de agua de consumo humano para el riego, sino reutilizar las aguas residuales urbanas y posteriormente depuradas con un tratamiento para un segundo uso».

De Bustamante, en esta línea, Dar un valor añadido al residuo, el agua residual, y ahorrar un recurso natural que puede ser utilizado para consumo, para otros usos. Dejar a un lado de uso público, y destinar el agua usada en un segundo uso que requiere menos calidad. Además, ha añadido que al producir biomasa estás capturando Dióxido de Carbono, que «hoy es valor económico en el mercado», y la producción de biodiésel es otro beneficio ambiental.

Con respecto a los económicos, ha apuntado que el hecho de «poner en valor algo que ibas a tirar como es el agua residual ya es un beneficio», precisando además el valor económico de la producción de biodiésel. Los beneficios sociales son, según De Bustamante, «fundamentalmente» disponer de más agua para beber y el consumo humano.

En este sentido, ha subrayado uno de los fines del proyecto es exportar esta iniciativa a otros territorios, principalmente, a países subdesarrollados, adelantando a Europa Press la intención de implantarlos en países de África, donde es «primordial destinar el agua al consumo humano». En estos casos, el beneficio es mayor, ya que el poco agua potable existente tiene que ser destinado a uso humano, además el combustible generado puede ser utilizado en el ámbito doméstico.

Primeros resultados

El proyecto, que se inició en enero de 2011, es la continuación de otro en el que se diseñó la metodología de trabajo. La doctora en Ciencias Geológicas ha avanzado que en otoño de este año esperan recoger los frutos y poder cuantificar la producción. «Para septiembre y octubre queremos tener la primer producción del fruto, calcular la producción de biomasa y la generación de aceite por hectáreas que se puede producir», ha manifestado.

Por último, ha resaltado el hecho de que el proyecto ponga en valor «algo que se considera un vertido, el agua residual, que hasta ahora no se tenía en cuenta y que es muy importante, sobre todo, en un mundo donde cada vez más escasea este recurso natural».

Fuente: http://www.ecoticias.com