Las ciudades se han convertido en un lugar hostil, agresivas visualmente. La pandemia del Covid-19 ha puesto el acento en que debemos re-imaginar lo que es una ciudad. Cobrando importancia contar con paisajes urbanos de calidad.

Parte de la solución nace por introducir Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) para re-crear entornos más naturales, saludables y empáticos. Integrar la naturaleza a las ciudades supone que las personas obtendrán los beneficios que la naturaleza ofrece de forma gratuita permitiéndoles mejorar su calidad de vida urbana. Sin embargo, a veces resulta que las SbN no son percibidas de un modo claro por los ciudadanos.

Un estudio, que próximamente será publicado en Ciudad y territorio: Estudios territoriales, muestra que la mayoría de las personas consultadas (72%) valoran de forma positiva acciones de SbN para ser integradas en la planificación urbana. No obstante, este consenso tiene matizaciones; por cuanto las 20 SbN evaluadas poseen distinto grado de aceptación. La tabla muestra con signo (-) aquellas SbN que han recibido entre un 15 y 28% de rechazo. Es decir, los SbN en que los porcentajes de respuesta de indiferente, en desacuerdo y totalmente en desacuerdo suman entre 15 y 28%, lo que puede interpretarse como una opinión negativa hacia su aplicación en el municipio. Cabe indicar, que, en ninguno de los 20 SbN, el rechazo fue mayor que la aceptación social.

Fuente: Elaboración de Gonzalo de la Fuente

En los objetivos de cómo mejorar el municipio y dar un nuevo uso a las parcelas vacantes se encuentra el número de SbN menos aceptado. Así, en las intervenciones de mejorar el municipio, los alcorques vivos, parterres y praderas con siegas muestran menor grado de consenso. Este menor consenso, también, se aprecia en las parcelas vacantes para el caso de los huertos urbanos, bosques comestibles y cultivos forestales.

Un estudio del Centro Estudios Ambientales del País Vasco (CEA, 2015) muestra similares tasas de rechazo, en donde las praderas con siegas, alcorques vivos, parterres, bosques comestibles, entre otros obtuvieron porcentajes entre los 10 y 33% de opiniones desfavorables. La razón sugerida por el estudio del CEA es debido al bajo conocimiento por parte de los entrevistados de los efectos medioambientales y ecológicos que generan este tipo de intervenciones en el espacio público. A pesar, que parte de los entrevistados tenía un perfil de mayor consciencia ambiental, con opiniones muy favorables hacia la naturaleza no eran capaces de reconocer los valores naturalístico de las SbN. Según el CEA podría estar relacionado con dos razones: no reconocimiento o minusvaloración del efecto positivo medioambiental y ecológico de las SbN en la ciudad.

Por otro lado, en nuestro trabajo se aprecia que los muros y techos verdes han recibido casi un 90% de aceptación social. Estas soluciones emergentes vienen discutiéndose ampliamente sus beneficios en medios especializados de arquitectura, paisajismo y de opinión pública generalista; lo que ha ayudado a difundir su utilidad y ser más conscientes de su impacto positivo tanto en la sociedad como en la ciudad.

En coherencia con lo anterior, los resultados dejan en evidencia la importancia de transmitir los valores asociados a los SbN reforzando los beneficios que aportan a las ciudades y, a la sociedad en su conjunto. Por ejemplo, es sabido el notable beneficio de los alcorques vivos siguiendo las ideas emergentes de convertir estos “pequeños espacios sin vida” en ecosistemas cubiertos de plantas herbáceas, flores silvestres, etc. Además de atraer insectos polinizadores de todo tipo y controladores de plagas, las mal llamadas “malas hierbas” mejoran la calidad de la tierra del alcorque, y de esta forma el complejo sistema de raíces del árbol. Por ende, su sobrevivencia en un medio tal hostil como el urbano.

Según estudios publicados la mayoría de municipios que aplican técnicas de “alcorques vivos” encuentran en una primera etapa la resistencia de los vecinos que perciben estos alcorques como si estuviesen descuidados, falta de mantenimiento, etc. Cuando se explica a los vecinos que significa y los valores asociados de esta práctica. La situación cambia radicalmente. Por tal motivo, cobra importancia la comunicación a la comunidad de las SbN que se adopten con objeto de que valoren y reconozcan sus beneficios de una manera positiva.

Como bien explica Ramón Gómez, profesor de botánica de la Universidad Rey Juan Carlos es esencial en la regeneración urbana empezar a cambiar la percepción sobre las plantas herbáceas silvestres. El profesor Gómez insiste en que debemos: “dejar de llamarlas malas hierbas porque estas plantas nos aportan más cosas positivas que negativas”. Por cuanto: “Si dejáramos libres a las hierbas espontáneas que surgen en las aceras, la ciudad se convertiría en el bosque que potencialmente debería ser”.

Con justa razón, el profesor Gómez invita a reflexionar sobre la impopularidad que embarga a estas plantas tan presentes en nuestra vida: “Es que pasemos todos los días por su lado, las pisemos y ni siquiera sepamos nombrarlas”.

La margarita cimarrona (Erigeron karvinskianus) se ha convertido en una de las plantas más comunes en las ciudades de Inglaterra. Fuente: El País Digital: Por qué las llamamos “malas hierbas” si son fundamentales para la regeneración urbana

Desde el Instituto Superior del Medio Ambiente, nos súmanos al movimiento re-imaginar las ciudades hacia un entorno más verde, saludable y amigable; para lo cual hemos desarrollado un nuevo curso Ciudades verdes: hacia la regeneración urbana, en modalidad ON LINE. En este curso expondremos las herramientas teóricas y prácticas básicas de implementación de planes de renaturalización de las ciudades a través de los espacios verdes urbanos, periurbanos y naturales interconectados. Todo ello a través de acciones de agricultura urbana, sistemas de drenaje sostenible, muros y tejados verdes entre otros, con el fin de conseguir un urbanismo sostenible en nuestras ciudades.

Referencia

De la Fuente-de Val,  G. (2021). Modelos de Naturalización Urbana y Preferencias Paisajísticas por Ciudadanos y Técnicos Municipales. Ciudad y territorio: Estudios territoriales. En prensa