La relación entre «turista» y «turismo sostenible» sigue sin llegar a consolidarse. Parece que la sostenibilidad es el nuevo trend social, una moda que también se aplica al turismo, sin embargo lo que todavía no llegamos a entender es que se trata de una necesidad.

¿Cuál sería la reacción del turista si de pronto leyera un artículo sobre turismo sostenible antes de comenzar su viaje? ¿Cambiaría algo su actitud a lo largo de sus vacaciones? Actualmente existen guías prácticas para los representantes políticos y para las empresas especializadas en turismo, pero ¿y para los turistas? ¿acaso no tenemos una parte de responsabilidad con el medio ambiente y el entorno donde pasamos nuestras vacaciones?

Es extraño ese fenómeno de viajar a un lugar y querer sentirnos como en casa y sin embargo, por el hecho de que no estamos en casa, desechamos basura en las playas o en zonas de increíble valor natural. Preferimos el buffet frío de un hotel antes que perdernos por una ciudad nueva y probar la gastronomía local. En lugar de hacer fotos interesantes de lugares que nunca antes hemos visto, pasarnos horas regateando con los comerciantes locales para adquirir la cerámica o el bolso de cuero hecho a mano por un par de euros más barato. Entonces… ¿Por qué viajamos?

Como turistas debemos saber que el concepto de «Turismo Sostenible» se basa en los principios de sostenibilidad económica, sostenibilidad social y sostenibilidad medioambiental, lo que implica asegurar la vida de las empresas y sus actividades económicas, una justa distribución de beneficios con las comunidades locales evitando la explotación y la conservación de los recursos naturales especialmente aquellos que son fundamentales para la subsistencia.

A la hora de viajar contratando un servicio turístico, se recomienda elegir empresas que cuentan con una certificación (ISO 14001/ EMAS) y que cumplen con la legislación vigente trabajando con sistemas de gestión ambiental. Son empresas que invierten en la formación continua de sus trabajadores, en la conservación del entorno como recurso económico y especialmente en la calidad del producto y servicios al cliente.

En cuanto a los viajes en avión, de momento no hay ninguna compañía aérea que tenga la posibilidad de disminuir el consumo de combustibles fósiles y las emisiones de CO2, sin embargo empiezan a crearse empresas que destinan una parte del gasto del vuelo (en función de las emisiones) a proyectos que invierten en la construcción de energías renovables en países en vías de desarrollo[1]

http://www.samoa.travel/

Al contratar un paquete de viaje con un operador turístico, debemos ser conscientes de cómo funciona este sistema. La empresa con la que contratamos el viaje recibe casi la totalidad del beneficio, solo un porcentaje muy pequeño va destinado a la entidad hotelera.

Si además incluye la alimentación, significa que el turista no va a necesitar del servicio del establecimiento gastronómico local. Cuanto mayor sea el número de servicios contratados en un paquete, menor será el gasto realizado directamente en el destino, por lo tanto la economía local se mantiene fuera del beneficio turístico y de esta manera colaboramos a su empobrecimiento. Siempre que sea posible se recomienda la opción de «turismo sol y playa» fuera de temporada, realizando la reserva directamente con el hotel y con guías turísticos locales.

Si nos decantamos por un destino más rural combinando deporte y naturaleza, o queremos disfrutar de la belleza de nuestros Parques Naturales y Reservas de la Biosfera, desde hace algunos años, gracias al esfuerzo de organizaciones y pequeños empresarios, surge el Ecoturismo.

¿Qué es exactamente? Se trata de aquellos servicios y actividades turísticas desarrolladas en la naturaleza, en manos de pequeñas empresas, principalmente localizadas en el mismo destino, que se comprometen tanto a la conservación del entorno, como a la integración del turista con el mismo. Se trata de aprender a convivir con la naturaleza, conocer la cultura del destino turístico, su gastronomía y manufactura, contribuyendo a la durabilidad del pequeño empresario local. Son por tanto viajes más económicos y más personalizados [2].

Es una alternativa perfecta para combatir el turismo de masas, pero lo más importante es la contribución que el turista hace a la economía local y por encima de todo, la posibilidad de demostrar que se puede hacer turismo sin provocar daños a nuestro entorno y de esta manera hacer nuestra aportación a la sostenibilidad.

Artículo escrito como parte del curso de Turismo y Desarrollo Sostenible impartido por el Profesor Gonzalo de la Fuente (Institito Superior de Medio Ambiente)


[1] Portal oficial de Atmosfair (idioma alemán) www.atmosfair.de

[2] ¿Cómo ser ecoturista? El portal oficial de turismo en España ofrece todo un abanico de alternativas de viajes sostenibles. http://www.spain.info/es/que-quieres/naturaleza/actividades/ecoturismo.html

Además la red de empresas ecoturísticas TUREBE a través del proyecto «Soyecoturista» pone a disposición información sobre los Espacios Naturales Protegidos en España, así como las empresas y el tipo de experiencia vacacional en estos maravillosos destinos.

Sobre Patricia Bermúdez Botello

Patricia Bermúdez

Estudié Historia en la UCM y me trasladé a Alemania para aprender otro idioma. Después de trabajar durante cinco años para una multinacional, mientras aprendía el idioma, decidí hacer una formación profesional en turismo en Berlín y finalmente empecé a trabajar con tours operadores alemanes y agencias de viaje especializadas en outgoing-turismo para países de habla alemana.

Mi interés sobre el impacto negativo y positivo que el turismo puede tener en determinadas culturas y en el entorno, despertó mi necesidad de estudiar más sobre el tema y fue cuando me decidí a formarme con los cursos del ISM.

Este verano he aprendido muchísimo con los cursos de turismo sostenible y ecoturismo y en breve comienzo un máster en la Politécnica de Madrid especializado en turismo sostenible. Mi objetivo es trabajar para una empresa que cumpla con los principios de sostenibilidad o por lo menos cuente con alguna certificación, para aplicar lo aprendido durante estos años.