Probablemente nunca te has parado a pensar en cuál es tu contribución diaria a la Huella Hídrica del Planeta Tierra. Y seguramente siempre has pensado que es tan pequeña que tampoco merece la pena pensar mucho en ella. Pues, como verás, esto no es así; y cada uno de nosotros deberíamos reflexionar más a menudo sobre nuestro estilo de vida, para aportar nuestro granito de arena a la mejora de la vida en nuestro Planeta.

La Huella Hídrica da una información espacio-temporal sobre cómo el ser humano utiliza el agua. Por ello, esta información puede ayudar en la toma de decisiones sobre el uso sostenible y equitativo del agua.

La Huella Hídrica del Planeta es la suma de las Huellas Hídricas de todos los seres humanos que lo pueblan; en consecuencia, todos podemos hacer algo para reducirla. La Tierra tiene una capacidad de acogida limitada, que el ser humano consume con avidez. Por ello nos ha parecido interesante reflexionar sobre donde está la Huella Hídrica de una persona, para que conociéndola podamos plantearnos contribuir a reducirla.

La Huella Hídrica de una persona es un indicador que mide el volumen de agua dulce consumido (agua verde y agua azul) y contaminado (agua gris), a lo largo de todo el ciclo de vida de esa persona. Es la suma de:

  • La Huella Hídrica directa de la persona, que se produce, principalmente:
  1. –          Por un lado, cuando: bebemos agua y cocinamos; nos lavamos; lavamos la ropa y la vajilla; y hacemos uso del wáter.
  2. –          Por otro, cuando regamos el jardín, lavamos el coche, llenamos la piscina, etc.
  • La Huella Hídrica indirecta de la persona, que es la suma de las Huellas Hídricas de los distintos productos que empleamos a lo largo de nuestra vida diaria. Está, sobre todo, en:
  1. –          La electricidad que consumimos.
  2. –          Los combustibles (gasolina, gasoil, gas natural, etc) que utilizamos.
  3. –          Nuestros alimentos y los de nuestras mascotas.
  4. –          Todos los productos de uso diario: ropa, productos de higiene, cosméticos, electrodomésticos, ordenadores, papel, etc.
  5. –          Los envases y embalajes de las bebidas, los alimentos y de todos los productos que consumimos.
  6. –          La gestión de los residuos que generamos.

Por ejemplo, la Huella Hídrica de una pinta de cerveza es de unos 75 litros; la de una taza de café, 132 litros; la de una hamburguesa, 2.385 litros; y la de un pantalón vaquero, 1.911 litros.

Merece la pena reflexionar, por qué, por ejemplo, una ducha convencional consume un caudal de unos 20 litros/minuto, mientras que una equipada con elementos de bajo flujo de agua puede estar en 10 e incluso en 5 litros/minuto. Si consideramos una ducha de 10 minutos, la cantidad de agua empleada puede oscilar entre 50 y 200 litros. Extendido a un año completo, a ducha diaria, el rango de la aportación a nuestra Huella Hídrica azul, por este concepto, va de 18.250 litros a 73.000 litros. Esto tiene una traducción inmediata a costes, muy variable en función de cada lugar, pero que por ejemplo (a precios de una capital española), puede suponer un gasto de entre 55 y más de 150 € al año, sólo por una ducha diaria. En una familia de 4 personas, la cantidad se pone entre 200 y 900 € al año, sólo por ducharse. Merece la pena reducir la Huella Hídrica y ahorrar dinero.

Además, las aguas residuales de nuestra ducha contribuyen a la Huella Hídrica gris, siempre en una cantidad mayor que el agua que usamos para ducharnos.

Poner una lavadora consume del orden de 100 litros de agua por lavado, en una lavadora moderna y eficiente; y en torno a 155 litros si es una más antigua. A ello hay que añadirle un consumo de entre 1 y 2 kWh por lavado, lo que lleva la Huella Hïdrica azul de poner una lavadora, a un valor aproximado en el rango de 103 a 161 litros; y la Huella Hídrica gris a un valor del orden de 700, a más de 1.000 litros. Teniendo en cuenta que en un domicilio familiar es muy normal que se pongan más de 100 lavadoras al año, y pensando a nivel global, se ve que la decisión de tener una lavadora moderna y eficiente tiene una repercusión importante sobre la Huella Hídrica del planeta.

Comer fuera de casa también tiene su Huella Hídrica. Por ejemplo, preparar la comida y lavar los platos utilizados supone un consumo del orden de 7 litros/comida. A ello hay que añadir la Huella Hídrica de producir los alimentos.

En España, producir 1 kWh de electricidad en una central térmica promedio de carbón tiene una Huella Hídrica azul del orden de 2,86 l/kWh y una Huella Hídrica gris de 616 l/kWh. Y en una central nuclear promedio, la Huella Hídrica azul está en torno a 3,61 l/kWh y la Huella Hídrica gris en unos 630 l/kWh.

La extracción del crudo, su refino y el transporte de 1 litro, del combustible que utilizamos en nuestro coche, supone un consumo de agua de unos 2,8 litros. Si hacemos 10.000 kms al año, con un coche moderno y eficiente, por este concepto tenemos una contribución a la Huella Hídrica azul de unos 550 litros.

Elegir un lavado de coche eficiente puede suponer reducir el consumo de agua de 400 a 50 litros/lavado.

En definitiva, cada día hacemos cosas y tomamos decisiones que influyen en nuestra Huella Hídrica anual. Y entre todos contribuimos a la de todos los habitantes del Planeta. Está claro que merece la pena conocer nuestra contribución y pensar en qué podemos hacer, razonablemente, para reducirla.

Si quieres hacer un ensayo de la importancia de la Huella Hídrica de tu vida diaria, puedes recurrir a algunas calculadoras sencillas, que pueden darte una aproximación suficiente:

Si todos estos temas te interesan, te gustaría aprender a hacer estos cálculos y quieres formarte en la materia, te invitamos a visitar la web del Instituto Superior del Medio Ambiente (ISM), en la que encontrarás una amplio abanico de cursos sobre Huella Hídrica y Huella de Agua, Ecodiseño, Huella de Carbono, Huella Ambiental de la Unión Europea, Ecoetiquetado, Análisis de Ciclo de Vida (incluido softwares SimaPro y Gabi), Gestión Ambiental de Producto, etc.

Más artículos sobre Huella Hídrica