La relación entre los aerogeneradores y los murciélagos es en ocasiones complicada. Probablemente más de lo que nos gustaría y de lo que muchos reconocen. Y es que tradicionalmente se ha considerado que el grueso del impacto de los parques eólicos se lo llevaban las aves, concretamente las rapaces; pero los estudios de los últimos años parecen apuntar a que los quirópteros podrían estar siendo afectados a una escala igual sino mayor. Aún no lo sabemos a ciencia cierta, pero la elevada longevidad de estos mamíferos, sus bajas tasas reproductivas (una cría por parto) y la gran dificultad para detectar sus restos en el entorno de los parques eólicos, no presagian buenas perspectivas en los niveles poblacionales. Además, la información es aun parcial y muy fragmentaria por la falta de estudios específicos y estandarizados en el largo plazo. De hecho, la mayor parte de lo que sabemos proviene de seguimientos de mortalidad de parques eólicos en fase de operación. Es decir, deriva de la constatación del impacto una vez ejecutados los proyectos, porque aún no sabemos predecirlos eficazmente.

Murciélago muerto por interacción con un aerogenerador. Fuente: www.usgs.gov.

¿Y qué es lo que sabemos entonces? Pues más bien poco.  Por el momento no hay ni consenso en la causa principal de la muerte. Algunos expertos apuntan a que es consecuencia de una brusca bajada de presión al paso de las palas del aerogenerador, que provoca el colapso de los órganos internos de los murciélagos (mortalidad indirecta por barotrauma), y otros defienden que esos daños son derivados de la propia colisión con las estructuras (mortalidad directa por impacto). Nuevamente, la falta de análisis prolongados y estandarizados, y la baja detectabilidad de los restos, impiden conclusiones más definitivas. Probablemente será una combinación de ambas, pero habrá que esperar a una confirmación más allá de la opinión.

Y tampoco sabemos por qué los murciélagos se acercan a los aerogeneradores, pero la realidad es que, de una forma u otra, se ven atraídos por su presencia. Quizás sea por la acumulación de insectos que condiciona zonas de caza atractivas cerca del nacel, pero parece que esta sería una afirmación que no podría extrapolarse a todo el grupo de forma general. Otra vez carecemos de evidencias sólidas que permitan inferir patrones universales.

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Actividad de un murciélago en entorno de un aerogenerador. Fuente: www.usgs.gov.

Aparte de lo dicho, pocas conclusiones más se han podido extraer en todos estos años. La más destacable es, quizás, que la mortalidad se reduce drástica y significativamente cuando los aerogeneradores arrancan a velocidades de viento mayores de 6 m/s. Bajo esas condiciones la mayoría de los murciélagos no levantan el vuelo y por tanto no interactúan con las turbinas. También se ha observado que las especies más afectadas son aquellas que usan hábitats abiertos y presentan una morfología de alas largas y estrechas. O que en las zonas templadas del planeta se producen picos de mortalidad al final del verano y principio del otoño. Que muchas especies son migradoras, y que se da una cierta tendencia, no concluyente, a la mortalidad de individuos adultos. Y todo, por el momento, cogido con pinzas, porque, por ejemplo, apenas sabemos nada de lo que sucede en las zonas tropicales y subtropicales donde el grupo presenta sus niveles de diversidad más elevados y las condiciones ambientales son diferentes.

Por eso es tan importante optimizar la evaluación inicial y realizar estudios finos y profesionales. La mejor herramienta de la que disponemos actualmente en es, sin duda, la prevención. Es clave, para conseguir un desarrollo sostenible de la eólica y la preservación de estas especies, que podamos salvaguardar los hábitats y poblaciones de mayor importancia conservacionista, y solo lo conseguiremos realizando estudios solventes bajo la luz de los últimos conocimientos científicos.

Para terminar, os dejo algunas referencias de interés por si deseáis profundizar…

–        Arnett et al. 2016. Impacts of wind energy development on bats: A global perspective. In Bats in the Anthropocene: conservation of bats in a changing world. Chapter 11. pp. 295-323. https://doi.org/10.1007/978-3-319-25220-9_11

–        Hein & Schirmacher. 2016. Impact of wind energy on bats: a summary of our current knowledge. Human-Wildlife Interactions 10(1): 19-27. https://doi.org/10.26077/x7ew-6349


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