El uso de la Posidonia Oceánica seca como material de construcción ha sido una de las medidas innovadoras que han merecido que el proyecto haya sido premiado en varios certámenes de bioconstrucción y merecedor de financiación por parte de la Unión Europea.

Las algas poseen una serie de características interesantes para la construcción, como el ser prácticamente ignífugas y resistentes al moho; y pueden utilizarse como material aislante sin necesidad de añadir sustancias químicas exógenas en los espacios entre las vigas de los techos y el interior de las paredes y amortiguan las condiciones ambientales al absorber y expulsar vapor de agua sin perder sus propiedades aislantes.

Durante el verano, se  aprovecha para recolectar y secar los restos de Posidonia, su utilización en obras de edificación se realiza con las máximas precauciones, y su uso se limita exclusivamente a las zonas en las que el volumen acumulado en la arena de las playas exceda la cantidad necesaria para mantener el equilibrio del ecosistema dunar costero.

Otras medidas de carácter ambiental que han contribuido al reconocimiento de este proyecto son la reducción de hasta un 75% del consumo de energía durante su vida útil y de hasta un 60% del consumo de agua del inmueble, la disminución de hasta un 50% de las emisiones de CO2 durante el proceso de construcción, y de hasta un 50% de los residuos de obras.