Hace poco escribía en este mismo Blog sobre la importancia de elegir bien el modelo energético que queremos como país y que la apuesta por la eficiencia energética es clave.

Pues bien, el borrador del nuevo Reglamento General de Circulación, impulsado por la Dirección General de Tráfico (DGT), se podría decir que va justamente en el sentido contrario a esta apuesta por la eficiencia energética. Aunque esto no es del todo extraño, ya que recordemos que España votó en contra de la Directiva Europea de Eficiencia Energética.

De 120 a 130 Km/h

Por una parte, se plantea una reforma en los límites de velocidad de autovías y autopistas, aumentando su límite hasta los 130 km/h en algunos tramos.

El debate sobre la velocidad en la autovías y autopistas no es algo nuevo, y hay que recordar que hace ahora dos años se bajó dicha velocidad máxima de 120 a 110 km/h durante un período de unos 4 meses.

No sé muy bien cuales habrán sido las motivaciones para esta propuesta de cambio de la normativa, pero lo que estoy seguro es que no han sido ni la eficiencia energética, ni la lucha contra la contaminación, ni la seguridad vial.

De hecho, en la situación de crisis actual y siendo un país con una dependencia energética del exterior del 76,4%, creo que lo que se tendría que estar debatiendo es si bajar de 120 a 110 kilómetros por hora y no en subirlo a 130.

Hay varios argumentos clave para hacer esta afirmación:

-Ahorro energético: A más velocidad, más gasto. Este punto no tiene discusión. Además, los vehículos funcionan con derivados del petróleo que debemos importar a un precio nada barato; lo cual conlleva a que cada año decenas de miles de millones salgan de España por esta vía.

Según el IDAE, “el consumo de carburante aumenta en función de la velocidad elevada al cuadrado. Por ejemplo, un aumento de velocidad de 90 a 120 km/h implica un aumento del 40% en el consumo.” Esto significa que el consumo de combustible no es proporcional al aumento de la velocidad, sino que a velocidades altas, el consumo se dispara.

Se calcula que se ahorra entre 0,5 litros y 1 litro cada 100 kilómetros bajando de 120 a 110 km/h, según sean las características del coche y según consuma gasolina o diesel. A esto se le suma el alto precio del carburante (en febrero la gasolina rondaba el 1,5 €/litro).

En definitiva, disminuir de 120 a 110 km/h supondría un importante ahorro económico para el país, disminuyendo algo nuestra balanza de pagos y nuestra dependencia energética. Por el contrario, aumentar a 130 km/h implicaría un gasto y una mayor dependencia energética.

Menor contaminación: A menor gasto de combustibles fósiles, menor contaminación y, entre otras cosas, menor emisión de CO2 a la atmósfera.

Posiblemente el principal argumento que utilicen las personas que están a  favor de este aumento de velocidad sea la reducción del tiempo en llegar de un sitio a otro. Sin embargo, esta no es tan importante como mucha gente cree. Si realizamos un recorrido de 60 km a 130 km/h tardaremos 27 minutos y 42 segundos. Si realizamos ese mismo recorrido a 120 km/h tardaremos 30 minutos. Es decir, apenas ahorraremos 2 minutos y 18 segundos, y eso siempre y cuando podamos circular a dicha velocidad todo el trayecto.

¿Qué queremos? ¿Ser más eficientes, menos dependientes energéticamente del exterior y contaminar menos o llegar un poco antes?

Uso obligatorio del casco en bicicleta

Por otra parte, la nueva norma obligaría a los ciclistas urbanos a llevar casco.

En mi opinión esta es otra iniciativa desafortunada y que de aplicarse lo único que conseguirá será que se utilice menos la bicicleta en las ciudades al poner más trabas a su uso. Esto a su vez puede incidir en una mayor inseguridad para sus usuarios ya que está demostrado que cuanto más ciclistas hay en las calles mayor es su seguridad.

Además, esta medida sería especialmente nefasta para el uso de bicicleta pública, que tan bien está funcionando allí dónde de verdad se ha apostado por ella. Se me plantean muchas dudas sobre el futuro de este servicio público: ¿Cómo se resolverá el hecho de tener que llevar el casco en este caso concreto? ¿tendrás que traerte el casco de casa o lo recogerás junto a la bici?, en caso de recogerlo junto a la bici, ¿cómo se haría?….

En definitiva, esta norma provocará un gran paso atrás, ya que en España empezaba a repuntar en los últimos años el uso de la bicicleta en muchas ciudades, como Vitoria, Barcelona, Sevilla, Zaragoza… con los beneficios ambientales, sociales e incluso económicos que conlleva.

Tanto la subida de la velocidad en autovías y autopistas, como el uso obligatorio del casco dentro de terreno urbano son dos medidas que no se deberían aplicar sin un debate serio, en el que intervengan las partes implicadas y puedan exponer sus puntos de vista. Y tú, ¿qué opinas?