Diferenciarse, crear experiencia, personalización son actualmente algunos de los argumentos más recurrentes cuando diseñamos productos en ecoturismo, debido a que los turistas han cambiado considerablemente. Hoy en día, los turistas interactúan antes, durante y después del viaje buscando, produciendo y compartiendo información del destino en internet, redes sociales con familiares, amigos, compañeros de trabajo… Son más activos, cuando viajan suelen detectar problemas, encontrarse con necesidades insatisfechas además de  buscar nuevas experiencias. Esto nos abre nuevas oportunidades, por tanto la clave de la diferenciación de la empresas, y de su propio éxito será alcanzado por aquellas que tengan una actitud de innovación diseñando productos pensados en función de las necesidades de los ecoturistas.

Hay que llegar a conseguir generar empatía con productos cercanos y personalizados.

La pregunta es cómo y la respuesta se resume en tres ideas básicas: Conociendo, participando y aprendiendo de sus necesidades.

A los ecoturistas les gusta el contacto con las áreas naturales, en ocasiones sacrificando su bienestar y comodidad personal. Además, prefieren un contacto directo con la gente local, intercambiar experiencias, consumir alimentos típicos, conocer sus tradiciones, en fin, todo aquello que represente una oportunidad para conocer la cultura autóctona.

Fotografía de Loren Kerns. flickr

Esto nos habla de personas abiertas,  dinámicas y participativas sensibles al dialogo. Por lo tanto, su predisposición a ello es una ventaja para conocer sus necesidades y pasa, por ejemplo, por realizar conversaciones sistemáticas y creativas enfocadas a resultados como:

  • Hablar, conversar, escuchar y conocer sus motivaciones
  • Profundizar e interpretar las necesidades detectadas
  • Generar un conjunto de soluciones potenciales a sus necesidades
  • Valorar e identificar los puntos fuertes y débiles de cada solución potencial con los turistas
  • Definir una solución conceptual en función a los puntos fuertes apreciados por ellos
  • Diseñar un prototipo viable
  • Testear el prototipo con los turistas para aprender de ellos, abierto a nuevos cambios para generar un prototipo cada vez mejor y que responda a las necesidades de los turistas.

Por lo tanto, este proceso lleva implícita la necesidad de dialogar y observar para conocer, participar y aprender de los ecoturistas con el objetivo de buscar soluciones que se centren en ellos. Una herramienta eficaz que nos ayuda a este proceso es Design Thinking que se centra en el ecoturista, y gracias a su aplicación, se generan importantes beneficios en el diseño de soluciones, permitiendo a las empresas obtener mejores resultados en su comercialización. Tal y como los vimos en uno de mis últimos post Design Thinking para el Turismo Sostenible.

En el curso ofertado desde el Instituto Superior del Medio Ambiente, sobre Ecoturismo: Diseño y Comercialización de Productos, dedicamos especialmente atención al diseño de producto como una unidad didáctica, con el objetivo de dar unas pautas prácticas creativas para configurar soluciones atractivas y basadas en las necesidades de los clientes. También se incide en los aspectos de análisis de productos y comercialización así como en técnicas de comunicación y marketing a implantar dentro de la empresa para trasmitir los principales valores de la empresa y sus productos.