En esta nueva entrada haré un paralelismo entre la práctica deportiva y nuestros proyectos de emprendimiento o nuestros proyectos laborales de cualquier tipo. La práctica deportiva es un complemento esencial en nuestra vida diaria que hará que esta mejore de manera notable.

Hace unos días participé en una nueva carrera de poco más de 14 Km. En una carrera tenemos un objetivo claro: llegar a la meta y si puede ser mejorando la marca personal conseguida anteriormente.

Cuando emprendemos debemos fijarnos una meta más o menos clara en una dirección determinada.

No nos podemos parar, siempre hay que ir hacia delante se puede bajar el ritmo, subirlo aunque no podemos ir andando.

En nuestro proyecto tendremos que seguir en el empeño sin bajar la guardia a pesar de las muchas dificultades, que nos encontremos, podremos bajar el ritmo pero nunca renunciar en alcanzar lo que queremos.

Hace un año ya había participado en esta misma carrera. Repetía para comprobar de nuevo las sensaciones.

Los objetivos son graduales en una carrera de fondo, superar kilómetro a kilómetro, superar la mitad de la carrera y llegar hasta la meta.

Es importante marcarse metas parciales a corto plazo y con viabilidad para ser consciente de los progresos. Cuando las superemos será una excelente inyección de energía para seguir.


El participar en estas carreras dominicales a menudo tienen un objetivo mayor, el de entrenar para un objetivo más a largo plazo y de mayor envergadura, una media maratón, una maratón…

No perdamos el foco y tengamos presente el gran objetivo y valor que queremos aportar con nuestro proyecto

Durante la carrera recuerdas la gente que te acompañó en ediciones anteriores y uno se da cuenta que en un año pueden cambiar muchas cosas.

Los cambios en nuestro proyecto a veces pueden ser sustanciales. Miremos atrás para ser conscientes de lo que hemos realizado y la gente que nos ha apoyado.

En los últimos kilómetros visualizas la pancarta de meta, aprietas para mantener el ritmo e incluso explotar en los últimos metros. Se trata de acabar con la sensación de haberlo hecho lo mejor posible.

Perseverar y mantener el esfuerzo hasta el final es un punto clave para mantener vivo nuestros proyectos.

A lo largo de los kilómetros se sufre, se disfruta. Entre los pensamientos están los de ¿Por qué me he metido en esto un domingo por la mañana? ¿Cómo comencé? ¿Por qué repito cada mes en una nueva carrera y otra superando mis límites?

La recompensa viene al cruzar la meta, la sonrisa aparece, las felicitaciones se suceden y el desayuno con los amigos que me han acompañado se disfruta de manera sin igual.

Hemos aumentado la autoestima, la fuerza mental y nos hemos vuelto a decir que con esfuerzo y trabajo todo es posible.

Al día siguiente vuelta a entrenar porque hay otra meta en el horizonte, hay otra marca que superar más alta y más grande. Solo con el entrenamiento, el esfuerzo y trabajo constante conseguiremos llegar a realizar esa ilusión, ese sueño.

Practicar deporte habitualmente es una forma de canalizar el estrés del día a día, de aumentar la autoestima y fortalecer la fuerza mental necesaria para emprender los proyectos que tenemos entre manos. Mejoraremos en calidad de vida.