Siempre me ha parecido sorprendente el modo y la forma en que los españoles nos enfrentamos al aprendizaje de un segundo idioma. No sé si porque a estas alturas soy bastante escéptico o porque ando contaminado por la filosofía ISM de absoluta orientación a resultados, pero creo que es imprescindible que reflexionemos sobre este particular y pensemos hasta que punto resulta ilógico pasarnos la vida aplicando un método que sabemos perfectamente que no nos va a permitir avanzar. Lo siento pero a estas alturas de la película, la única forma de hablar un segundo idioma es perder el miedo a hacerlo. Punto.

No quiero decir con esto que estudiar la gramática o intentar familiarizarnos con la conjugación de determinados verbos no vaya a resultarnos útil. No sólo nos ayudará sino que será absolutamente básico -especialmente en las fases iniciales- y su análisis deberá ser uno de los complementos imprescindibles aunque, complemento al fin y al cabo.

Precisamente dándole vueltas a estas cuestiones y siendo conscientes de que después de toda una vida estudiando inglés, es difícil que uno vaya a aprender algo leyendo de nuevo los mismos libros y conjugando una vez más el Presente Perfecto del verbo To Make, en octubre pusimos en marcha el ISM English Club.


El modelo que propone el ISM English Club es sencillo: actividades por y para alumnos que tengan un nivel intermedio/alto de inglés y que quieran aumentar su fluidez oral en este idioma a base de conversar, practicar e interactuar con el resto de miembros.

En el ISM English Club no hay clases ni profesores aunque sí tareas y actividades a desarrollar en paralelo a cada cita. La idea es que cada encuentro sea preparado y canalizado por miembros del Club que a partir de videos, audios y selección de actividades, organizarán los hitos que servirán de nexo contextual para el desarrollo de cada seminario.

Después de estos primeros meses, compartir y comentar videos relacionados con nuestra futura actividad profesional, escuchar a artistas a los que resulta razonablemente sencillo entender o preparar futuras entrevistas de trabajo, nos está ayudando mucho pero, sobre todo, nos está dando confianza y nos está sirviendo para asimilar que si tenemos ya un nivel razonable, no tiene ningún sentido dedicarle ni un minuto a nada que no sea hablar, escuchar y comprender el idioma.

Nos reunimos seis veces al mes y los encuentros implican 90 minutos de considerable intensidad. Nuestros objetivos para próximos escenarios pasan por consolidar diferentes niveles e incluso aprovechar para que profesionales en activo se incorporen a estos encuentros aunque, por ahora, la actividad se centra en alumnos del Máster en Gestión Ambiental en la Empresa.

En resumen, que con esta nueva iniciativa sólo pretendemos hacer las cosas de otra forma para poder obtener resultados también distintos.

Sencillo, ¿no?