Se dice que hace varios siglos España fue un paraíso forestal y que una ardilla podía cruzar la península de árbol en árbol sin pisar el suelo. Me imagino la felicidad de la ardilla. Irse por las ramas sería una gran noticia para ella, sobre todo si están llenas de frutos.

Las ardillas y sus saltos no son buen ejemplo para los guías (Fuente: Pixabay)

En cambio, si los guías quieren conseguir sus frutos, sus objetivos, no deben irse por las ramas, tal y como escribía Sam Ham, deben hacer una interpretación amena, relevantes, temática y organizada. En el mejor de los casos, saltando de rama en rama o de tema en tema solo conseguiremos una interpretación o visita guiada amena y relevante, y, con ello, sólo conseguiremos el entretenimiento de los participantes de nuestra actividad.

¿Y qué más puede pretender un guía aparte del entretenimiento de los participantes?

Si te están haciendo esta pregunta es que estabas empezando la casa por el tejado o al menos por la planta de arriba. El guía antes de una actividad se debe plantear sus objetivos específicos (J. Morales,2001)que dan respuesta a estas tres preguntas:

  • ¿Qué queremos que los visitantes sientan?
  • ¿Qué queremos que los visitantes hagan?
  • ¿Qué queremos que los visitantes piensen?

Emocionarse y observar atentamente pueden ser ejemplos de objetivos. (Fuente: Pixabay)

Estos objetivos se plantean sin olvidar que uno de los principales fines de la interpretación del patrimonio es la conservación del patrimonio interpretado. Y claro está, la conservación no se consigue solo entreteniendo a visitantes, hemos de despertar en ellos un interés, curiosidad y respeto por el patrimonio natural o cultural interpretado.

¿Cómo conseguiremos nuestros objetivos? ¡Sin irnos por las ramas!

En la preparación de la ruta, elaboraremos nuestro guión siguiendo los consejos de Sam Ham: Interpretación amena, relevante, organizada y temática. En este guión, las explicaciones girarán en torno al tema. Me gusta pensar en ella como el centro de un mapa mental en el que continuamente volvemos a la idea principal o tema, porque si pensamos en ella como un árbol parece que caeremos en la tentación de saltar a otro árbol-tema, cual ardilla.

Mapa Mental. Atlanta.es

Si toda la información se relaciona con una única idea es mas fácil que las personas que nos escuchan se queden nuestro discurso. Quizá te resulte difícil creerlo, y si te soy sincera, la primera vez que escuché esta idea de boca de Nacho Ibarra en un curso del CEDREAC hace varios años, tampoco me lo creí.

¿Lo probamos?  Te propongo el sencillo reto con el que me lo demostraron a mi; leeremos la primera lista de ideas:

  • Torre
  • Hombre
  • Mesa
  • Manzana
  • Camisa
  • Ruido
  • Dulce
  • Camino
  • Cojín

Leyendo un par de veces esta lista. ¿Cuántos elementos de la lista recuerdas? Bien, repitamos el procedimiento con esta segunda lista.

  • Lápiz
  • Goma
  • Bolígrafo
  • Rotulador
  • Regla
  • Cuaderno
  • Libro
  • Pizarra
  • Mesa

¿Y de esta lista? Seguro que alguno las recuerda porque cuando los elementos están relacionados entre sí, es mas sencillo. Ahora, probad ampliando la lista hasta 20 elementos, y comprobad los resultados. ¿Qué tal os ha ido? Seguramente no hayamos conseguido retener ni la mitad, y es normal. Según el psicólogo George Miller, la memoria a corto plazo tiene una capacidad de almacenamiento limitada, que está entre 7 más o menos 2 ideas. Pero de reducir el número de ideas a contar hablaremos en otro post, que hoy el tema es el TEMA y no nos queremos ir por las ramas

¡Nos vemos de ruta, de ruta temática!

Si te interesa seguir aprendiendo sobre cómo diseñar una ruta guiada en la naturaleza e interpretar el patrimonio natural de manera eficaz, Cinta colabora como docente del curso Guía de Naturaleza: Diseño de Rutas Interpretativas del Instituto Superior del Medio Ambiente