La contaminación atmosférica perjudica la salud humana y el medio ambiente. En Europa, las emisiones de muchos contaminantes atmosféricos se han reducido notablemente durante las últimas décadas, con la consiguiente mejora de la calidad del aire en toda la región. Sin embargo, las concentraciones de contaminantes atmosféricos siguen siendo muy elevadas y persisten problemas de calidad del aire. Buena parte de la población europea vive en zonas —especialmente urbanas— donde se rebasan los niveles de calidad del aire: la contaminación por ozono, dióxido de nitrógeno y partículas (PM) comporta graves riesgos para la salud. Por tanto, sigue siendo importante reducir la contaminación atmosférica. Un transporte más ecológico, zonas de bajas emisiones y una mejor infraestructura ciclista pueden contribuir a mejorar el aire en nuestras ciudades.