puente areo madrid barcelona

Los viajes en avión suponen el 8% de las emisiones del planeta

El Ayuntamiento de Barcelona entra en el debate sobre si deben eliminarse los vuelos de corto recorrido con una alternativa menos contaminante. Pese a no tener competencias, el consistorio propondrá al Aeropuerto de Barcelona-El Prat que se eliminen las líneas de vuelos cortos. Una de estas líneas es la conexión entre Barcelona y Madrid, el llamado puente aéreo, la conexión con más actividad en El Prat y en Barajas. “El puente aéreo tiene una alternativa ferroviaria sin emisiones”, aseguró el concejal de Emergencia Climática de Barcelona, Eloi Badia.

El puente aéreo es la conexión con más actividad en El Prat y en Barajas: en 2019 movió a 2,3 millones de pasajeros, a razón de más de 200.000 usuarios mensuales. Constituye el 17,8% de la actividad de El Prat en relación con los demás aeropuertos españoles, y el 4,7% en relación con todos los aeropuertos con los que tiene conexión, según los datos estadísticos de Aena. Además, en los últimos meses esta actividad ha mantenido una tendencia de crecimiento respecto al año anterior.

La propuesta ya la lanzó la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en octubre pasado. Colau ha liderado la batalla contra las emisiones contaminantes con la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), que desde el 1 de enero prohíbe la entrada de los coches más antiguos. Pero esta ZBE no incluye ni al Puerto de Barcelona ni al Aeropuerto de El Prat. Por ello, Colau trasladó la propuesta a ambas instalaciones para que emprendiesen sus propios planes contra las emisiones.

El Ayuntamiento busca ejercer presión para que España siga los pasos de países como Holanda y Francia, donde el debate sobre los vuelos cortos ha llegado a sus parlamentos. En Francia, un grupo de legisladores planteó una propuesta de ley en la que se pide estudiar la eliminación de hasta 72 conexiones aéreas de corto radio. Aerolíneas como Tui o KLM ya han anunciado la suspensión de algunas rutas cortas.

En una entrevista en Betevé, el concejal Badia explicó que, pese a no tener competencias, el Ayuntamiento buscará complicidades para reducir emisiones en una mesa conjunta con la Generalitat y el Estado, en la que pedirán un plan.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gándara, avisa de que tampoco Aena tiene competencias para eliminar rutas, ya que están liberalizadas desde 1993. Según las cifras de ALA, la penetración del avión en las rutas donde hay alternativa ya ha descendido mucho en los últimos años (del 63% en 2007 al 22% en 2019). El presidente de la asociación cree que si se quiere avanzar en esta dirección hay que conseguir una mayor intermodalidad, por ejemplo con la conexión de los aeropuertos a las líneas ferroviarias de alta velocidad. “Si se prohíben rutas, los pasajeros que antes hacían escala en Barcelona o Madrid la harán en otras ciudades, y nuestros aeropuertos perderán competitividad”, afirma.

‘Flygskam’ o la vergüenza a volar

El término significa literalmente «la vergüenza de volar». Este movimiento surgió en Suecia por la vergüenza que sentían algunos ciudadanos por viajar en avión debido a la contaminación que esto provoca.

En el país escandinavo, según datos de WWF, un 23% de la población está dispuesta a elegir métodos alternativos de transporte para reducir así la contaminación. Y es que, según los datos facilitados por la Agencia Europea del Medio Ambiente, un avión contamina hasta 20 veces más que un tren.

De manera complementaria, también ha surgido el término tagskyrt, que representa el orgullo de viajar en tren.

Fuente: El País