La inversión sostenible, aquella relacionada con aspectos ambientales, sociales y de buen gobierno corporativo (ASG), superó en 2020 primera vez a la tradicional en España al alcanzar los 345.314 millones de euros en 2020, lo que supone, además, un crecimiento del 21% respecto al año anterior, “en un momento todavía complicado de mercado”, según el estudio anual de Spainsif.

Supone un crecimiento del 21% respecto al año anterior

Los datos aportados en el “Estudio Spainsif 2021: La inversión sostenible y responsable en España”, apuntan que de esos 345.314 millones en activos ASG comercializados en España, 228.551 millones de euros correspondientes a entidades nacionales y 116.763 millones a organizaciones internacionales, lo que supone el 54% del mercado local, que por primera vez es mayoritariamente sostenible, y el 98% del mercado internacional, más avanzado en esta materia.

Los activos ASG nacionales aumentaron en un 10% con respecto a 2019, mientras que los internacionales lo hicieron en casi un 50%.

Atendiendo a las estrategias, la integración, es decir, la aplicación de criterios ambientales, sociales y de buen gobierno, junto con el análisis de rentabilidad y riesgo de las carteras, se alza como la más utilizada, con un 45% de los activos, que alcanzan la cifra de los 154.433 millones de euros.

Las exclusiones, es decir, evitar inversiones, actividades, sectores o incluso regiones del universo de inversión, ascienden a 64.039 millones de euros en 2020 como estrategia única (el 19% del total de activos ASG).

Los activos gestionados bajo la estrategia de selección de acuerdo con el cumplimiento de estándares internacionales y normas basadas en criterios ASG, lo que se conoce cono screening, suman 44.991millones de euros, lo que supone el 13% del reparto total. El activismo accionarial a través del diálogo activo y el del derecho a voto alcanza el 9% de los activos en 2020, con 30.399 millones de euros.

La inversión de impacto, definida como aquella realizada con intención de generar un beneficio social o ambiental, medido y comunicado, además de rentabilidad para los inversores, alcanza en 2020, según los datos proporcionados por las entidades encuestadas, 32.699 millones de euros, un 9% de los activos totales.

La estrategia best-in-class, basada en la selección positiva de aquellas entidades con mejor desempeño dentro del universo de inversión, solo alcanza el 3% del total de activos gestionados, 11.909 millones de euros. Por su parte, los fondos temáticos alcanzan los 6.845 millones de euros, un 2% del total,

En cuanto a la tipología de activos ASG, la renta fija representa el 30%, seguido de la renta variable, con el 26%. Continúa aumentando el peso de los bonos verdes y los bonos sostenibles, y el peso de la renta fija disminuye por tercer año consecutivo, aunque no en porcentajes significativos.

Por otro lado, la inversión minorista aumenta hasta el 21%, desde el 19% del año anterior debido a la aparición de nuevos productos ASG enfocados a ese perfil. Los  principales inversores institucionales son mutuas y compañías de seguros, fondos de pensiones de empleo, fundaciones y organizaciones benéficas.

De los PRI al SFDR

El estudio también refleja que el 75% de las entidades participantes en el estudio en 2020 es signataria de los Principios para la Inversión Responsable (PRI), además de seguir sus propias directrices de gestión. Adicionalmente, el 48% declara estar adherido a algún estándar ISR.

En una primera aproximación al reparto por artículos en base al Reglamento de Divulgación o SFDR por sus siglas en inglés, 3.284 fondos se encuentran bajo el Artículo 6, el 68% del total; 1.397 fondos son relativos al Artículo 8, el 29%; y 179 fondos, el 4%, bajo el Artículo 9. Los encuestados siguen identificando la legislación como el principal factor para el desarrollo de la inversión socialmente responsable en los próximos años.

Fuente: Spainsif, OKDiario