No se pueden abrir las ventanas’, ‘son feas’, ‘vas a vivir entre cuatro paredes sin casi ventanas’, ‘pasarás frío’, ‘el aire no es saludable’, ‘son mucho más caras que una casa normal’… los mitos y recelos sobre las viviendas pasivas son muchos, pero basta con poner un pie dentro de estos hogares de consumo casi nulo para darnos cuenta de que la gran mayoría son prejuicios infundados motivados por el desconocimiento de este modelo constructivo originado en Alemania a finales de los años 80.