Con el fin de luchar contra el problema que tiene con las ingentes cantidades de basura que genera, la ciudad china de Shenzhen (Guangdong) ha iniciado la construcción de una planta de valorización energética de residuos qu etratará un mínimo de 5.000 toneladas diarias de desechos, es decir, alrededor de un tercio de la basura generada por esta megalópolis de más de 10 millones de habitantes.

Esos residuos se transformarán en energía útil para la urbe y convertirán a la instalación, que con su entrada en funcionamiento para 2020 es una de las 300 que China planea construir durante los próximos tres años, en la mayor planta de valorización de residuos del mundo. De una forma similar a las centrales termoeléctricas, esta instalación funcionará como una incineradora de basuras pero, en vez de limitarse a quemar, un ciclo termodinámico que mueve alternadores y produce energía eléctrica aprovechará la energía en forma de calor que se generará en el proceso.

Representación del proyecto

La idea del proyecto no solo es eliminar grandes cantidades de basura, sino proporcionar electricidad para la ciudad. Además, acogerá visitas turísticas y profesionales para ver la instalación en acción. En este sentido, Chris Hardie, miembro del estudio arquitectónico danés que ganó el concurso de diseño de la planta, ha declarado que “las plantas de conversión de residuos en energía no son una solución energética“, sino una manera de tratar los desperdicios y generar electricidad como consecuencia del proceso”.

En su opinión, los responsables de las grandes poblaciones deben hallar métodos de reciclaje y reducción de residuos, además de encontrar más fuentes de energía renovables. En el caso de esta planta, el tejado, con una extensión de aproximadamente 1,6 km, estará coronado con unos 44.000 metros cuadrados de paneles solares.

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