Se acerca el día mundial de la conservación de la diversidad biológica (el 22 de mayo), y como cada año se describirán en los diferentes medios de comunicación la importancia que tiene la diversidad biológica, como el número de especies sigue disminuyendo de forma alarmante y como poco a poco nuestros ecosistemas se van empobreciendo y degradando.

Las ONGs y diferentes asociaciones involucradas en la conservación de la naturaleza realizarán actos donde reivindicarán la importancia de la conservación de la especies y denunciarán la pasividad de las administraciones y los gobiernos para afrontar esta grave situación que a su juicio podría llevar a un colapso en la naturaleza.

Por supuesto, corrientes de pensamiento contrapuestas indicarán que en todas las épocas ha habido extinción de especies y que la naturaleza ha seguido su curso sin interrupciones  y tildarán estas denuncias de catastrofistas.

Hace unos cuantos años, durante mis estudios de biología, leí un libro titulado «Exctiction» donde se hacia una introducción metafórica comparando la tierra con un avión. La diversidad biológica (todas las especies que conocemos y las que nos quedan por conocer), la formaban todos los componentes del avión (el fuselaje). Los pasajeros iban llegando al avión y observaban como unos operarios arrancaban piezas del fuselaje. Cuando preguntaban el motivo de arrancarlos y sobre todo cuando preguntaban, si no sería peligroso viajar en un avión al que cada vez le faltaban mas piezas, los operarios les contestaban que no pasaba nada, que el avión funcionaría perfectamente sin esas piezas, que no eran imprescindibles.

¿Hasta cuándo funcionará la nave tierra?, ¿cuántas piezas tenemos que arrancar para desestabilizar el avión y caer en picado?. Estas y otras muchas preguntas pueden hacerse a partir de la lectura de esta corta pero interesante metáfora.

La conservación de la diversidad biológica es una de las tareas más importantes e imprescindibles que debemos afrontar los navegantes de esta nave, y lo es porque la sola extinción de una especie puede conllevar cambios en el ecosistema del que formaba parte esa especie y acabar generando una situación insostenible para la propia especie humana, que no olvidemos forma parte también de ese fuselaje.

Dentro del amplísimo campo de estudios relacionados con la gestión de la biodiversidad, la gestión de la fauna es uno de los pilares de la misma. A su vez la gestión faunística es también muy amplia y compleja.

Como docente en el ISM quiero aportar mi conocimiento mediante los materiales elaborados en el Curso de Gestión y Conservación de la Fauna, donde se plantea de manera sencilla y didáctica como abordar esta disciplina, permitiendo al participante obtener una visión general de esta compleja materia, aportando actividades y ejemplos de gestión, que le servirán como herramientas en su carrera profesional, aportando su granito de arena  para entre todos evitar la pérdida de biodiversidad.