Una empresa española, Nurel, pionera en fabricación de plásticos biobasados, biodegradables y compostables.Economía circular

El plástico es un material relativamente barato, de propiedades funcionales inigualables, a partir del cual se obtienen productos con grandes beneficios para la sociedad, que, sin embargo, conlleva una problemática muy importante. Y esto ocurre sobre todo en el sector de los envases, en el que, tras un breve periodo útil, el 95% del valor del plástico se pierde.

Los plásticos representan una parte importante de la economía moderna a nivel mundial, hasta el punto de que resulta difícil encontrar a alguien que no esté en contacto con ellos a diario.

Pero la actual estructura lineal de la cadena de valor de este material implica grandes desventajas ambientales y económicas, especialmente importantes en la actualidad, debido a que su uso se ha multiplicado por veinte en el último medio siglo y se espera que se duplique en los próximos 20 años. Afortunadamente, es posible producir plásticos que contribuyen a desarrollar una Economía Circular.

La empresa española Nurel aporta una solución al problema de los plásticos, en línea con los principios y estrategias de la Economía Circular. Nurel fabrica el plástico INZEA® que es la solución sostenible para reemplazar polímeros derivados del petróleo como poliolefinas y estirenos.

INZEA® es un biopolímero plástico, que proviene de fuentes sostenibles (biobasado), tiene un alto contenido en material orgánico, es biodegradable y es compostable. Por ello da respuesta a una demanda de materiales plásticos más sostenibles para la Economía Circular.

INZEA® es una línea de biopolímeros basados en almidón y PLA (ácido poliláctico), que tienen unas propiedades mecánicas óptimas y unos parámetros de procesado similares a los plásticos convencionales, por lo que pueden ser procesados por métodos de inyección o extrusión utilizando equipos convencionales.

Los plásticos INZEA® están diseñados para volver a la naturaleza por diferentes vías, como: el compostaje industrial y en el hogar; o por biodegradación en distintos entornos, como la tierra, el agua o la digestión anaeróbica. Por ello, estos plásticos tienen muchas aplicaciones idóneas: en la agricultura; para bolsas de la compra; en envases que estén en contacto con alimentos; y para menaje y productos de un solo uso.

Gracias a la acción de la temperatura y los microorganismos, los materiales biobasados se transforman en CO2, H2O y biomasa; así pueden ser utilizados para fertilizar el suelo y prepararlo para la germinación de nuevas semillas.

Fuente Inzea

En resumen, los biopolímeros plásticos biobasados y compostables INZEA incorporan los principios de la Economía Circular en el sector del plástico y son un buen ejemplo, porque contribuyen a resolver algunos de los graves problemas que conlleva el uso de plásticos:

  • Emplean materias primas renovables, con lo que desvinculan la obtención de plásticos del uso de materias primas fósiles.
  • Reduce el daño al medio ambiente ocasionado por la extracción de materias primas.
  • Al final de su vida útil los bioplásticos son biodegradables, lo que evita la liberación de grandes cantidades de residuos plásticos convencionales al medio ambiente, que pueden permanecer en los ecosistemas durante largos periodos de tiempo. Esta es una ventaja muy apreciable para los envases cuya reciclabilidad no es posible por su pequeño tamaño o por estar contaminados por comida o residuos orgánicos.

Los plásticos biobasados y compostables INZEA pueden sustituir a muchos plásticos convencionales y permiten fabricar productos de ecodiseño.

Materiales que pueden reemplazarse con los plásticos INZEA.

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