¿Es posible que la superficialidad con que se suele asociar el mundo de la moda y la fabricación de prendas de vestir tenga en cuenta el medio ambiente? ¿Qué opinas?

A priori, es posible que mucha gente no imagine que pueda existir una vinculación entre cuestiones aparentemente tan lejanas. Y sin embargo, las empresas líderes en la industria de prendas de vestir están haciendo importantes avances para conseguir que sus procesos de fabricación y sus diseños sean ambientalmente más responsables:

  • Los principales fabricantes de moda y prendas de vestir, como Gucci, YSL y Puma, se han comprometido públicamente a publicar análisis de costes y beneficios ambientales del ciclo de vida completo de sus productos.
  • Nike está incorporando técnicas de teñido sin agua. Además aplica criterios de diseño que favorecen el empleo de materiales ambientalmente favorables.
  • Levi´s desarrolla maneras menos contaminantes para fabricar pantalones vaqueros y hacer que su limpieza sea menos consumidora de agua y energía durante el uso por los clientes.

  • Timberland y The North Face trabajan para conseguir que la obtención de los materiales y los procesos de  fabricación que emplean tengan la menor carga ambiental posible.
  • Timberland, Adidas y Nike han decidido evitar el uso, en sus productos, de piel procedente de animales criados en zonas amazónicas.
  • Marks & Spencer ha comercializado el primer sujetador “carbono neutral” del mundo y una línea de calzoncillos sostenibles.
  • Patagonia sorprendió a la industria, sugiriendo a los consumidores que piensan dos veces antes de comprar una nueva prenda de ropa.
  • Algunos fabricantes de ropa de montaña, algunas marcas de ropa de renombre y los minoristas están desarrollando estándares para la industria, como la herramienta para calcular el Índice Eco de prendas de vestir y Índice de Sostenibilidad para prendas de vestir.

Algunas de las empresas participantes en la elaboración de los índices de la Outdoor Industry Association

  • Las más importantes marcas mundiales imponen exigentes requisitos ambientales a las fábricas que hacen sus productos, orientados a: disminuir el consumo de materiales, energía, agua y productos químicos; mejorar la calidad de los vertidos; reducir la generación de residuos; mejorar las condiciones de vida de los trabajadores; etc.

En definitiva, se observa una tendencia creciente en las grandes empresas multinacionales a incorporar la sostenibilidad (económica, social y ambiental) en el corazón de sus estrategias de negocio. La aplicación de criterios de Compra Verde en el sector privado es una realidad impuesta por el mercado, asumida consciente y responsablemente por las empresas verdaderamente preocupadas por la sostenibilidad de su negocio a medio y largo plazo.

Pero, ¿sirven de algo estas iniciativas si los consumidores no incorporan criterios ambientales en la elección de su ropa y en sus hábitos de compra? ¿Es posible aplicar estos criterios ambientales si no se facilita información clara y sencilla a los compradores?

De acuerdo con una encuesta de la Comisión Europea, el eco-etiquetado juega un papel importante en las decisiones de compra de casi la mitad (47%) de los ciudadanos de la UE. Por ello, las Ecolabel de la Unión Europea tienen un importante campo de desarrollo, para favorecer las buenas prácticas ambientales en el mundo de la moda y de fabricación de ropa.

No cabe duda de que crece un consumo ético/sostenible y con ello la demanda de transparencia en los fabricantes. Por ello se intensifica el debate sobre ¿cuál es la mejor manera de comunicar los valores éticos y de sostenibilidad de las prendas de ropa?

Las eco-etiquetas voluntarias para ropa en Europa incluyen la Ecolabel de la UE y las etiquetas de Oeko-texBluesign y el Cisne Nórdico (Nordic Swan). Cada etiqueta otorga una certificación a las marcas que cumplen con estrictos criterios ambientales, éticos o relacionados con la salud.

El Instituto Danés de Moda y el BSR intentan llevar el mercado hacia prácticas más sostenibles a través de su proyecto NICE Consumer project. (NICE significa Nordic Initiative Clean and Ethical – Iniciativa Nórdica Limpia y Ética). La iniciativa busca la confluencia de los conceptos de los diseñadores de ropa y de los fabricantes, para conseguir que el ciclo de vida de las prendas de vestir sea ambientalmente más favorable, así como mejores prácticas para los minoristas, creando un marco para el consumo de moda sostenible.

En definitiva, NICE pretende «ayudar a los consumidores a tomar decisiones sostenibles en la compra, uso, cuidado y eliminación de las prendas de ropa y los artículos de moda». Con este objetivo, el Instituto Danés de Moda y el BSR presentaron recomendaciones a la Presidencia de la Unión Europea en la Copenhagen Fashion Summit, la mayor reunión internacional para una moda sostenible.

La marca inglesa de moda ética Rapanui ha propuesto un enfoque rompedor, pidiendo una reorganización radical del eco-etiquetado para ropa. El equipo de Rapanui defiende la creación de una nueva política de etiquetado ecológico que clasificaría la ropa con un sistema de calificación de la “A” a la “G” similar al empleado en calificación energética de la UE:

  • A. Orgánico, ético, sostenible.
  • B. Ético con algunos criterios de sostenibiidad.
  • C. Ético
  • D. Ni bueno, ni malo.
  • E. Necesita mejorar.
  • F. Algo orgánico, ético, sostenible.
  • G. Ni orgánico, ni ético, ni sostenible.

El debate está servido. Pero, en cualquier caso, ¿qué se le puede pedir al etiquetado ecológico para ayudar a los consumidores a entender las consecuencias ambientales y sociales de sus decisiones de compra de ropa?. Las eco-etiquetas aplicadas en el mundo de la moda, dirigidas a los consumidores:

  • deben enviar mensajes sencillos (basados en el conocimiento científico);
  • y ser relevantes y aplicables a la industria mundial de fabricación de prendas de vestir.

Sin un sistema claro, independiente y regulado, que permita clasificar la sostenibilidad de la ropa de forma rápida y sencilla, será imposible una compra informada por los consumidores.

El etiquetado ecológico representa también un medio para que los fabricantes de ropa y sus proveedores puedan aumentar la lealtad de los consumidores hacia sus marcas. Mediante la combinación de una calidad alta y la incorporación de criterios ambientales en el diseño y fabricación de los productos, los fabricantes pueden conseguir que los consumidores se conviertan en verdaderos defensores de las marcas “responsables/sostenibles”.

¿Qué imaginas que veremos en los próximos  años? Yo apostaría por:

  • un desarrollo creciente de estudios de Análisis de Ciclo de Vida (ACV), destinados a mejorar las cargas ambientales de las prendas de ropa que utilizamos;
  • y la consolidación de eco-etiquetas (principalmente Ecolabels de la UE) que ayuden a los consumidores en la compra responsable/sostenible.