Hace unos meses se conoció la noticia de que una nueva especie de eslizón, el eslizón ocelado (Chalcides ocellatus), había sido descubierta en la zona del levante fruto de las investigaciones de Josep Francesc Biscal y Luis Albero y cuyo origen está seguramente en Egipto; deducción a la que se llegó a través del análisis de su ADN.

Chalcides_ocellatus

Fuente: Wikipedia

Sin embargo, se cree que este eslizón fue introducido en barcos que procedían de Egipto mucho antes, en la Edad Media, conservando desde entonces pequeñas poblaciones que se han mantenido hasta hoy.

Es en estos casos en los que se habla de especies naturalizadas, pero, ¿Qué significa exactamente el término naturalizado en estas especies?  ¿No son entonces especies exóticas invasoras?  Si nos ceñimos a la definición que da la RAE la define como Especie que sin tener el carácter de autóctona en una zona ha sido introducida en tiempos históricos por el hombre, manteniendo actualmente una población estable en la misma y en equilibrio con el resto de la comunidad biológica”.

Otros científicos y naturalistas añaden que estas especies tienen una población estable, a lo largo de muchos años en muchos casos, debido a que su comportamiento no es de carácter agresivo con las diferentes especies que comparten el ecosistema, pudiendo compartir así el nicho ecológico sin que las poblaciones autóctonas sufran un deterioro apreciable.

Este eslizón ocelado, comparte nicho con otras dos especies autóctonas, el eslizón ibérico (Chalcides bedriagai) y el eslizón tridáctilo (Chalcides striatus). Las poblaciones de estas dos especies si son más amplias dentro de la Península Ibérica, concentradas sobre todo en zonas bioclimáticas del mediterráneo. De cualquier forma, sus poblaciones no son abundantes debido a sus hábitats específicos de bosque mediterráneo en zonas de hojarasca, viéndose éstos amenazados por la pérdida de masa forestal provocada por incendios, agricultura intensiva y presión humana.

Si realizamos una consulta en el MITECO (Ministerio de Transición Ecológica) podremos encontrarlo como especie amenazada por las escasas poblaciones y la pérdida de sus hábitats, arenosos, sobre todo.

Volviendo a lo anteriormente comentado, ¿esta especie entonces se considera una EEI? Pues, aunque es exótica, sus poblaciones no han cumplido con algunos requisitos importantes para que se pueda considerar invasora:

1. No ha invadido el nicho ecológico de las demás especies autóctonas de eslizones u otras de reptiles.

2. Sus hábitos de alimentación no afectan a la competitividad con otras especies ni se alimentan de insectos u otras especies que estén en amenaza.

3. Sus poblaciones no se han extendido ni crecido ni mucho menos de forma notable, es más, están en descenso y, por tanto, se consideran vulnerables.

En definitiva, cumpliendo con las normas de protección y pronta detección de amenazas, es importante la identificación de aquellas especies exóticas que pueblan distintas zonas de nuestros hábitats, pero solamente una pequeña parte sobrevive y se adapta al clima o a las condiciones de bioclimáticas.

Y, aunque puedan adaptarse, muchas, como este eslizón, no llegan a suponer ninguna amenaza como sí lo han hecho otras muy conocidas como el mejillón tigre, el cangrejo americano o el visón americano.

Ernesto Ahijado es docente del curso Gestión de Especies Exóticas Invasoras, por lo que si te interesa ampliar conocimientos en esta temática, echa un vistazo al programa del mismo.