Las comunidades de Andalucía, Castilla y León y Castilla-La Mancha encabezan la lista de puntos negros en España del envenenamiento de fauna, según un informe de SEO/BirdLife y WWF, que señala a las provincias de Toledo, Granada y Valladolid entre las que arrojan más episodios en los últimos 25 años.

Buitre_Negro_Envenenado

Buitre negro en vuelo. Esta especie amenazada es una de las principales víctimas del uso ilegal de veneno en el medio natural. Foto: GREFA

El informe El veneno en España 2020. Evolución del envenenamiento de fauna silvestre’ actualiza la información sobre la situación y los efectos del uso ilegal del veneno en España entre los años 2012 y 2017 a partir de los datos facilitados por la comunidades autónomas, así como la tendencia de los últimos 25 años.

Según el estudio, en 25 años en España se ha confirmado la muerte por envenenamiento de 21.260 animales, en un total de 9.700 episodios de envenenamiento.

Datos por comunidades y provincias

Por comunidades, Andalucía registró en ese periodo 2.484 episodios de envenenamiento, Castilla y León, 2.056 y Castilla-La Mancha, 1.368, mientras que Cantabria fue la región que menos número de casos anotó, con 48.

La provincia de Toledo, con 806 episodios de envenenamiento en 25 años, encabeza la lista, seguida de GranadaSevilla y Valladolid, y en cuanto a municipios, Tudela (Navarra) se sitúa en primera posición, seguida de Zaragoza y Albacete.

En la presentación del informe, David de la Bodega, responsable del Programa Legal de SEO/BirdLife, ha matizado que las comunidades con mayor incidencia del veneno “no tienen por qué ser las más envenenadoras”, sino que un mayor esfuerzo en la detección de esta amenaza se traduce en más casos señalados.

Se ha felicitado de la tendencia a la baja del número de episodios desde 2009, que atribuye al esfuerzo de entidades públicas y privadas, aunque ha recordado que España, “como importante reducto de muchas de las especies más vulnerables al veneno, tiene una gran responsabilidad y no puede bajar la guardia”.

Cebos envenenados

El uso de cebos envenenados es, según De la Bodega, el método de control de depredadores más extendido en el mundo, vinculado sobre todo a la actividad cinegética, pero también a otros sectores, como la ganadería, la apicultura o la colombicultura o cría de palomas.“El ámbito del veneno es muy amplio, masivo y selectivo”, ha señalado el experto de SEO/BirdLife, quien ha incidido en el “arraigo” que caracteriza a esta práctica, que hasta el año 83 contaba con profesionales para ello y hoy “sigue muy presente de manera natural en el campo”.

El estudio ha detectado más de 80 sustancias tóxicas para la elaboración de cebos envenenados, la mayoría prohibidas en todos los países de la Unión Europea, y algunas, como la estricnina, desde el año 1994, pero que “se sigue usando masivamente en Galicia“, ha explicado Carlos Cano, experto en la lucha contra el veneno de WWF.

Cano ha aplaudido el “esfuerzo y la especialización de los agentes encargados de la detección del veneno, así como la labor de las ONG y administraciones y el aumento de procesos penales.

Sentencias

Ha recordado las más de 100 sentencias condenatorias para los 9.700 episodios de veneno registrados en el periodo de estudio, que en algunos casos ha supuesto la aplicación de las más altas sanciones por delitos contra la fauna en España.

“Aún así, seguimos teniendo 200 episodios de veneno en 2017 y desde 2019 algunos muy graves”, ha matizado David de la Bodega, con la muerte de seis águilas imperiales, ocho alimoches, doce milanos reales o tres buitres negros, todas especies en peligro de extinción, por lo que “el número de casos en relación a su tamaño poblacional es muy relevante”.

De la Bodega ha apuntado por su parte al “papel esencial” de las ONG en el descenso de la incidencia del veneno y en las resoluciones condenatorias y ha pedido más implicación al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), “con una labor de coordinación que a veces hemos tenido que hacer nosotros”.

Fuente: EFEverde