La Comisión Europea (CE) recomendó ayer a los países que adopten medidas para proteger el medio ambiente de los riesgos que conllevan las extracciones de gas de esquisto mediante fractura hidráulica, conocida como ‘fracking’, a la vez que reconoció los beneficios que puede tener su uso en Europa.

«El gas esquisto está alimentando esperanzas en algunas partes de Europa, pero también es una fuente de preocupación pública», afirmó el comisario europeo de Medio Ambiente, Janez Potocnik, en un comunicado con motivo de la publicación de las primeras directrices de Bruselas sobre esta práctica.

El ‘fracking’ consiste en la extracción de gas mediante la facturación de rocas, un método muy extendido en Norteamérica pero que en Europa ha sido poco utilizado por el momento, y que genera reticencias por sus posibles consecuencias sobre el entorno y el clima.

Por ello la Comisión Europea ha establecido en su recomendación una serie de «principios mínimos» que invita a seguir a los países, y evita publicar normas de obligado cumplimiento , con el objetivo de actuar de manera más rápida, según argumentó la institución.

El Grupo de los Verdes del Parlamento Europeo criticó que la Comisión haya eludido establecer una legislación con límites al fracking y pidió que se suspendan todas las exploraciones y extracciones de gas de esquisto hasta que esté regulado a nivel comunitario.

«La incapacidad de la Comisión de proponer una regulación vinculante de la Unión Europea no sólo es imprudente, sino que es potencialmente catastrófica, todos los Estados miembros deben adoptar medidas de emergencia, suspender las actividades en curso y establecer una moratoria sobre nuevos proyectos», dijo la eurodiputada francesa Sandrine Belier.

Fracking en Polonia. http://www.breakbulk.com/

Las medidas aconsejadas

La recomendación de la Comisión Europea pide a los países que evalúen el impacto ambiental y los riesgos de las explotaciones, que se aseguren que los pozos cumplen con los estándares más altos de buenas prácticas y que controlen las emisiones de gases nocivos al aire.

Asimismo, aconseja un chequeo de la calidad del agua, aire y suelo antes de que las operaciones comiencen, para hacer un seguimiento de los cambios que se produzcan y detectar los riesgos emergentes.

Por otra parte, les pide que planifiquen los desarrollos y consulten a los ciudadanos y partes interesadas antes de conceder licencias de explotación.

También insta a los países miembros a asegurarse de que los gestores del proyecto utilizan las mejores prácticas y a informar a los ciudadanos sobre los productos químicos utilizados en cada pozo.

Beneficios económicos

A esta recomendación, Bruselas añade una comunicación, en la que advierte de los «retos» medioambientales del «fracking», como la contaminación del entorno, pero reconoce sus potenciales beneficios para reducir la dependencia energética de Europa y para generar ingresos públicos.

En concreto, destaca que la producción no convencional de gas natural a partir de gas esquisto podría compensar la caída en la producción convencional: en el mejor de los casos,  podría cubrir un 1% de la demanda total de gas en 2035.

Las actividades relacionadas con el gas esquisto podrían generar además beneficios, por ejemplo, a través de inversiones en infraestructura, oportunidades de empleo e ingresos vía impuestos, según Bruselas. De ahí que el documento busque también sentar las bases para garantizar la igualdad de condiciones en esta industria y establecer un marco más claro para los inversores.

Los países que ya cuentan con explotaciones

A día de hoy, existen explotaciones de gas esquisto (en su fase de prospección o explotación) en Dinamarca, Alemania, Polonia, Rumanía, Suecia y el Reino Unido, y por el momento no hay producción comercial del mismo.

No obstante, se han concedido licencias para este tipo de extracción también en España, Hungría, Holanda y Portugal.

Hasta el momento, la experiencia en la UE es limitada y se restringe en su mayoría al denominado ‘fracking de bajo volumen’, aunque su amplia utilización en Estados Unidos está haciendo que muchos operadores evalúen la extracción «de alto volumen» en Europa, de acuerdo con la CE.

La recomendación publicada  no implica una obligación para los países, aunque estos están invitados a implementarla en los próximos seis meses y a informar anualmente de su cumplimiento.

Comunicación sobre fracking (inglés)

Fuente: 20 minutos / EFE