Las ciudades y edificios nos alejan cada vez más de la naturaleza y eso repercute en nuestra salud, y “renaturalizarlas”, dotándolas de más zonas verdes, reduciendo la contaminación o usando materiales e iluminación naturales en las construcciones, es clave para una vida más saludable.

Por ello, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) y el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) han decidido aunar esfuerzos para lograr unas ciudades que, además de mejorar la salud de sus habitantes, ayuden a reducir los impactos asociados al calentamiento global.

“Es muy importante que aunemos esfuerzos porque la salud no solamente viene determinada por la biología humana o la genética (…) Cada vez hay más evidencia científica de que hay elementos externos que condicionan nuestro estado físico y psíquico”, ha dicho a EFE la vicepresidenta del CGCOM, María Isabel Moya.

Entre esos elementos externos, destacan significativamente el diseño de las ciudades o cómo se edifican viviendas y espacios laborales, pues pasamos el 80 % de nuestro tiempo en ellos.

“No se trata sólo de dotar de más espacios verdes a las urbes. Se trata también de reducir la contaminación del aire y acústica, de mejorar la calidad del agua, de reducir el efecto invernadero, etc”. En definitiva, de hacer que las ciudades y las construcciones ofrezcan características lo más cercanas a la naturaleza.

Las viviendas deben construirse con materiales naturales que no desprendan elementos tóxicos o que generen alergias; con una buena ventilación para asegurar una buena calidad del aire y priorizando la iluminación natural.

“La luz está relacionada con nuestro ciclo circadiano, necesitamos luz para vivir. Cuanta más luz natural o parecida a la natural haya en viviendas y centros de trabajo evitaremos humedades, bacterias y otros agentes nocivos que influyen directamente en nuestra salud física y mental”.

Las ciudades, ha añadido, se han vuelto “espacios contaminantes” y la prioridad debería ser diseñarlas de tal manera que no presenten “déficit de zonas verdes” o favoreciendo la reducción del tráfico, para rebajar así la contaminación del aire y la contaminación acústica.

Mejorando la calidad del aire y reduciendo las emisiones de CO2, no sólo disminuirían “muchísimo” alergias y patologías respiratorias y cardiovasculares, “contribuiríamos también a reducir los impactos del cambio climático”, como el aumento de desastres naturales o de brotes de patógenos emergentes.

Consenso basado en criterios técnicos

“Cada vez somos más conscientes de la importancia que tienen los espacios que habitamos en nuestra salud física, emocional y mental” y cómo están diseñados y construidos está directamente relacionados con ella, ha apuntado la presidenta del CSCAE, Marta Vall-llossera.

El diseño y planificación de una ciudad genera hábitos diferentes en el ciudadano, desde hacer deporte en un parque a ir caminando al trabajo o simplemente salir a disfrutar del aire puro, y para eso son imprescindibles los espacios verdes, en los que, además, se producen “relaciones sociales” que se traducen en salud emocional y mental.

La cercanía de viviendas, trabajos, médicos, colegios, etc…también evita desplazamientos innecesarios y, por ende, mejora la calidad del aire, ha apuntado Vall-llossera, que ha recordado que, según la Organización Mundial de la Salud, cada año se producen 7 millones de muertes prematuras por la contaminación.

“Hay que recuperar para el ciudadano espacios que durante muchos años han estado destinados al coche, debemos humanizar las ciudades”, ha aseverado.

Para rebajar la contaminación, además de reducir el tráfico, es muy importante acometer la rehabilitación integral de edificios, pues en España hay más de 25 millones de viviendas que fueron construidas antes de que hubiera normativa alguna sobre aislamiento o consumo energético y emisiones.

“Es muy difícil establecer una acción prioritaria. Creo en la planificación en el medio y largo plazo. No se trata de hacer y deshacer, sino de tener un objetivo final y desarrollarlo por fases”, ha añadido la presidenta del CSCAE, que ha subrayado que es imprescindible lograr consensos y basarse siempre en criterios técnicos de la mano de expertos.

Además, toda mejora debe hacerse de forma específica para cada ciudad o edificio con el fin de que no pierdan su identidad y se rompa el vínculo emocional con el lugar que habitamos.

Fuente: EFEVerde

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