La disposición de la clase política es «la clave» para lograr que las ciudades alcancen las cero emisiones de carbono en 2030, un objetivo «ambicioso» asumido por la campaña «Clean Cities» (ciudades limpias) para descarbonizar el transporte urbano y reducir su impacto climático y en la salud de las personas.

Lo ha asegurado a Efe la directora del proyecto, Barbara Stoll, durante una reunión privada de campaña -a la que ha acudido Efe- en la sede madrileña de Ecologistas en Acción, y donde han perfilado su estrategia de cara a 2023.

En esta campaña, impulsada por la ong Transport &Environment, participan hasta setenta organizaciones de catorce países europeos, entre los que está incluido España, con la colaboración de entidades como Amycos; Teachers For Future Spain; Ongawa, Ingeniería para el Desarrollo; Madres por el clima; Ecologistas en Acción; ISGlobal; Ecodes; Consejo de la Juventud de España, ConBici y Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado-Ceapa.

Uno de los ejes principales de este proyecto es la promoción de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), y para el próximo año han valorado las elecciones locales y municipales como punto clave donde buscar el compromiso de los candidatos con los objetivos climáticos, con el foco puesto en Madrid y Valencia.

La contaminación urbana además de un problema climático también supone un riesgo para la salud y, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el aire contaminado en las ciudades provoca más de 300.000 muertes prematuras al año.

Ante ello, ciudades sin vehículos de combustible fósil propiciarían un «estilo de vida más saludable, con menos obesidad, asma, demencia y una mejor salud mental», ha asegurado Stoll.

Aliados políticos para el cambio

En este sentido ha coincidido la coordinadora de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), Carolyn Daher, que ha señalado que más de 50.000 artículos científicos certifican que el aire contaminado es un «problema de salud pública», por lo que se necesitan «aliados políticos importantes que estén dispuestos» a liderar el cambio.

Sin embargo, para promocionar el abandono de los vehículos de combustible fósil es necesario que las ciudades «creen alternativas y opciones para los ciudadanos», ha expuesto Stoll, como la mejora del transporte público -barato, accesible y eléctrico-, y otras opciones de movilidad como la bicicleta, el transporte compartido o desplazarse a pie.

En el ámbito nacional, Stoll ha reconocido como «muy positivo» que la Ley de Cambio Climático empuje a las ciudades a tener ZBE antes de 2023 -si tienen más de 50.000 habitantes y altos niveles de contaminación-, y ha subrayado que «algunas ciudades lo están implementando y otras no».

Según un estudio de «Clean Cities» de 36 ciudades europeas «en el buen camino para alcanzar la movilidad de emisiones cero en 2030», Barcelona resultó en décimo lugar, seguida por Madrid (decimosexta) y Granada (vigésimo séptima).

Un día sin coches a la semana

La guerra en Ucrania ha evidenciado «la dependencia de Europa al combustible fósil, la mayoría procedente de Rusia», ha argumentado Stoll, por lo que para reducir esa dependencia y el consumo de petróleo es necesario «reducir los vehículos en las ciudades».

La propuesta de «Clean Cities» es un día semanal sin automóviles en todas las ciudades europeas, preferiblemente en domingo, «cuando hay menos tráfico», lo que según sus estudios reduciría el consumo anual de petróleo del transporte urbano en el viejo continente entre un 3 y un 5 %, una medida que se podría tomar conjuntamente «al menos durante la crisis energética, porque se acerca el invierno y todavía dependemos del gas», ha concluido Stoll. EFEverde.

Fuente: EFEverde