A mediados de diciembre de 2015 se alcanzaba un acuerdo histórico para la defensa del Medio Ambiente. Siete meses después, el pacto universal contra el cambio climático firmado en París corre peligro tras ganar el Brexit en Reino Unido. La salida de este país de la Unión Europea (UE) pone en riesgo tanto ese difícil contrato como las políticas propias de la Unión.

El adiós a Reino Unido podría obligar a recomponer a las políticas de cambio climático en la Unión Europea y compromete los deberes contraídos en la cumbre del clima (COP21), previstos de aplicar para 2020.

El coordinador de políticas ambientales de la ONG española SEO/BirdLife, David Howell, recuerda que la UE ha prometido reducir sus emisiones al menos un 40% para 2030 en el marco de ese acuerdo. Reino Unido es el segundo país que más CO2 emite en la Unión, tras Alemania, y responsable del 1% de las emisiones mundiales. De ahí que gran parte de los esfuerzos para alcanzar los objetivos de la Cumbre recaigan sobre el país que ahora ha votado salir de la UE.

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En este punto, según apunta Howell y recoge Efe, sin el apoyo de Reino Unido la UE tendrá que reajustar la repartición de los objetivos de reducción de emisiones por países que se iba (y va) a anunciarse el 20 de julio.

Se va un ‘líder’ anti-emisiones

Reino Unido, junto a Francia y Alemania, lideró la ambición europea en materia de cambio climático, y la promoción de políticas contundentes, frente a países que se oponen a disminuir sus emisiones, como Polonia.

Reino Unido siempre ha defendido que la UE debería reducir sus emisiones no un 40, sino un 50% en 2030; sus tres principales partidos suscribieron un pacto de estado de cambio climático de manera que las políticas acordadas se llevarán a la práctica gobierne quien gobierne, y se ha propuesto el objetivo legalmente vinculante de que sus gases contaminantes caigan un 80% en 2050, respecto a 1990.

Los británicos también son miembros fundadores del Grupo Europeo de Crecimiento Verde que trata de promover el progreso económico bajo en emisiones. De hecho, la próxima semana se celebra una cumbre en Londres con representantes del mundo de las finanzas y la economía mundial para acelerar la acción climática.
Opciones

¿Seguirá Reino Unido formando parte del comercio europeo de derecho de emisiones (ETC, por sus siglas en inglés)?. Howell recuerda que Noruega, que no es miembro de la UE, se está planteando entrar en el ETC mediante una disposición adicional o un acuerdo bilateral, por lo que es previsible que los británicos sigan los mismos pasos si deciden seguir formando parte del comercio de derechos de emisión.

Respecto a las políticas ambientales europeas en general, Howell señala que Reino Unido, con 73 sillones en el Parlamento, «dejará de ser un país con algo que decir en materia medioambiental» y eso en la mayoría de los casos «será negativo».

Fuente: El Economista