La función del ciclo hidrológico durante los cambios bruscos de temperatura es de primordial importancia para el impacto real del cambio climático sobre los continentes, según concluye un nuevo estudio publicado en la edición digital de este domingo de ‘Nature Geoscience’.

Científicos de la Universidad de Potsdam, en Alemania, y el Centro de Investigación alemán de Geociencias GFZ muestran que durante el enfriamiento brusco en el inicio del llamado Dryas Reciente, un periodo de hace 12.680 años, modificaciones en el ciclo del agua fueron los principales impulsores del cambio ambiental generalizado en Europa occidental.

El equipo de investigadores analizó los restos orgánicos extraídos de sedimentos del lago Meerfelder, en la región de Eifel, Alemania occidental, para reconstruir los cambios en los patrones de precipitación en un detalle sin precedentes. De esta forma, fueron capaces de demostrar que la intrusión de aire polar seco en el oeste de Europa condujo al colapso de los ecosistemas locales y dio lugar a los cambios ambientales generalizados observados en ese momento.

La secuencia exacta de los acontecimientos durante los cambios bruscos de clima que ocurren a lo largo de sólo unos pocos años es una de las grandes incógnitas en la investigación paleoclimática. Dryas Reciente fue el último periodo frío importante al final de la última glaciación, con una duración de alrededor de 1.100 años, cuando un cambio brusco en la vía de los sistemas de vientos del oeste sobre Europa condujo a cambios ambientales masivos en unos años, como observaron científicos de GFZ en un estudio anterior.

«En nuestro estudio, podemos demostrar, por primera vez, que este cambio en la vía de los sistemas de vientos del oeste trajo aire polar seco al oeste de Europa y esto fue la causa última de la desaparición generalizada de los bosques de la zona», explica el jefe del grupo de trabajo en el Instituto de la Tierra y Ciencias Ambientales de la Universidad de Potsdam, Dirk Sachse.

Con estos nuevos resultados, el grupo también apoya la hipótesis de que este cambio en los patrones de circulación atmosférica sobre el oeste de Europa tuvo lugar 170 años después de la aparición del enfriamiento, como se observa en los núcleos de hielo de Groenlandia.

Los autores atribuyen este retraso a la expansión posterior hacia el sur del hielo marino en el Atlántico Norte tras la aparición del enfriamiento. Esto condujo a un desplazamiento hacia el sur del frente polar canalizando el aire polar seco hacia el oeste de Europa.

«Nuestros resultados también muestran que los cambios bruscos del clima y ambientales pueden no ser coetáneos a grandes escalas regionales, pero pueden llevarse a cabo con retrasos regionales y temporales considerables», explica el profesor Achim Brauer, del Centro de Investigación alemán de Geociencias GFZ.

Los resultados de este estudio no sólo muestran inequívocamente que los cambios de temperatura pueden tener diferentes impactos a nivel regional, sino también que el ciclo del agua actúa como amplificador de cambio con efectos potencialmente graves sobre los ecosistemas continentales.

Por lo tanto, los impactos regionales de los futuros cambios climáticos pueden ser impulsadas en gran medida por los cambios hidrológicos, no sólo en las zonas monzónicas del mundo, sino también en las zonas templadas, como Europa occidental.

Fuente: http://www.europapress.es/