El Ministerio de Transición Ecológica ordena por primera vez los usos en el mar y reserva casi 5.000 kilómetros cuadrados como zonas potenciales para instalar molinos.

El Consejo de Ministros ha aprobado este martes los planes de ordenación del espacio marítimo —los denominados POEM— de las demarcaciones marinas españolas: noratlántica, sudatlántica, del Estrecho y Alborán, levantino-balear y canaria. Lo que se pretende es organizar los usos y actividades económicas del millón de kilómetros cuadrados de mar con los que cuenta España. Como ha explicado la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, el objetivo es ordenar las “actividades presentes y las que pueden llegar a desarrollarse” en el mar. Y una de las que más atención ha despertado es el desarrollo de la energía eólica marina por su potencialidad en la lucha contra el cambio climático, pero también por los posibles conflictos con otros usos.

De ese millón de kilómetros cuadrados, 4.948 se reservan como zonas de alto potencial de la eólica marina. El Ministerio para la Transición Ecológica señala así las zonas en las que se podrá desarrollar esta tecnología, todavía incipiente en el caso de los aerogeneradores flotantes, que son los que más éxito podrían tener en España debido a las características de su costa. Esos casi 5.000 kilómetros cuadrados, que se reparten en 18 polígonos, representan apenas el 0,46% del las aguas nacionales afectadas por los nuevos POEM.

4.948 kilómetros cuadrados de alto potencial para la eólica marina

El Gobierno ha seleccionado 18 zonas en las que se podrán instalar aerogeneradores

   Fuente: Fuente: Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. EL PAÍS

La implantación de esta tecnología estaba paralizada a la espera de la aprobación de la zonificación. Tras el paso dado este martes por el Consejo de Ministros, ahora se desbloquea su desarrollo. Cuatro proyectos permanecían paralizados por una moratoria dictada por el Gobierno central a la espera de los POEM. Tres están en Canarias —Mar de Canarias, Proyecto Elisa (en fase de operación experimental), y Parque Eólico Gofio— y otro en el País Vasco —BIMEP—.

De las cinco demarcaciones cuyos usos se ordenan ahora, en la sudatlántica (que afecta a la provincia de Huelva y parte de Cádiz) no se ha encontrado ningún área propicia para la energía eólica. Por el contrario, en la que más superficie se ha reservado es en la noratlántica, con 2.688,61 kilómetros cuadrados, según detallan fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica. En la demarcación del Estrecho y Alborán se han reservado 1.222,61 kilómetros cuadrados y en la canaria, 561,87. Por último, en la levantino-balear se han seleccionado 474,99 kilómetros.

El ministerio explica que para designar estas zonas se ha seguido un proceso —en el que han participado activamente las comunidades autónomas y sectores económicos implicados, como el de la pesca— que ha tenido en cuenta un conjunto de variables. La primera y básica es la disponibilidad de recurso eólico. Luego, se ha atendido a la no afección a la biodiversidad de los potenciales proyectos y la compatibilidad con otros usos prioritarios, como la navegación marina y aérea, y la defensa nacional. Ribera ha puesto como ejemplo el caso de los corredores de cetáceos en el Mediterráneo, que han limitado mucho los usos que se autorizan en las demarcaciones del Estrecho y Alborán y balear. Por último, también se han considerado los posibles conflictos con otras actividades, como la pesca, el turismo o la acuicultura.

Conflictos

Durante la tramitación de los POEM, el ministerio colgó unos primeros mapas de zonificación. Algunas empresas hicieron públicos proyectos para implantar aerogeneradores en varias de esas áreas que aparecían en esos borradores, aunque la tramitación de cualquier parque estaba paralizada. Inmediatamente, surgieron plataformas que se oponían a esos supuestos proyectos.

Pero durante toda la fase de tramitación se han eliminado polígonos, como el que figuraba frente al parque almeriense de cabo de Gata que había desatado una fuerte oposición. Según el ministerio, el proceso de zonificación se ha realizado de la mano de las comunidades autónomas y en los casos en los que se han encontrado una rechazo frontal al desarrollo de futuros parques se ha atendido a esas peticiones, explican fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica.

Una de las pegas que se pone a esta tecnología es el impacto visual que pueden tener estos aerogeneradores. El ministerio no ha fijado una distancia mínima a la costa de los molinos. En cada caso se ha optado por una solución en función de las características de cada costa. Por ejemplo, en la demarcación noratlántica (donde más superficie se reserva), la distancia mínima a la que están los polígonos reservados para los molinos es de 21 kilómetros; en Canarias, en contraste, hay uno de los polígonos que se ubica a 1.850 metros de la costa de Lanzarote, siempre según la información facilitada por el Ministerio para la Transición Ecológica, que ha elaborado un visor para consultar los 18 polígonos que se han acotado para la eólica marina.

Que se reserven esos casi 5.000 kilómetros cuadrados no significa que en toda esa superficie se vaya a instalar aerogeneradores. Ahora depende de las compañías valorar si son viables los proyectos. Además, se deberá seguir una tramitación ambiental. Una vez aprobados los POEM, el Gobierno debería convocar las subastas eólicas para establecer las condiciones de las futuras concesiones; toda la superficie marina es del Estado. Según el ministerio, las zonas designadas para esta tecnología ahora son suficientes para cumplir con los planes que tiene España para esta década, que pasan por instalar hasta tres gigavatios de esta tecnología para 2030.

Los POEM aprobados ahora tendrán una vigencia hasta el 31 de diciembre de 2027 y servirán para poner a prueba el desarrollo de una tecnología, la eólica flotante, que todavía no está suficientemente madura. En el caso de la eólica terrestre, España es uno de los líderes mundiales. Pero el país nunca se ha llegado a subir al tren de la marina debido fundamentalmente a que las aguas territoriales españolas son muy profundas y esta tecnología necesita de una cimentación fija, algo que resulta inviable a partir de los 50 metros de profundidad. Sin embargo, la eólica flotante, que no tiene esos requerimientos, se está abriendo camino y el Gobierno aspira a convertirse en el referente europeo de esta tecnología.

En diciembre de 2021, el Gobierno aprobó la hoja de ruta para el “desarrollo de la eólica marina y de las energías del mar en España”. Esta estrategia, elaborada también por el Ministerio para la Transición Ecológica, se marcaba como meta que en 2030 el país cuente con entre uno y tres gigavatios de esta renovable. Ello supondría que, en el mejor de los escenarios, el 40% de toda la potencia instalada en la UE a finales de esta década estaría en España, según los planes que tienen las instituciones europeas. Pero para que salga adelante este plan, se necesitaba la aprobación de los POEM que fijen las zonas en las que se podrá desarrollar esta tecnología. Esta zonificación, además, era una obligación que había establecido la Unión Europea para todos sus miembros con zonas costeras. Y España debería haberla aprobado hace un año, lo que había provocado ya un aviso de la Comisión Europea, explican fuentes del ministerio.

Fuente: EL PAIS. Autor del artículo: Manuel Planelles