La medida, apoyada por 339 parlamentarios, tiene que ser negociada con los Estados miembros para que sea una realidad.

La propuesta de la Comisión Europea para prohibir la venta de vehículos diésel y gasolina a partir de 2035 ya tiene el visto bueno del Parlamento Europeo. El órgano legislativo de la Unión Europea aprobó este miércoles el proyecto, que forma parte del paquete de medidas ‘Fit por 55’.

Votaron a favor de la medida 339 parlamentarios —particularmente el grupo socialista, la izquierda, los verdes, pero también algunos eurodiputados del grupo popular, como los griegos y portugueses—, con 249 votos en contra —Partido Popular europeo, conservadores y el grupo Identidad y Democracia que acoge a la Lega italiana y la formación francesa de Marine Le Pen— y 24 abstenciones.

El grupo popular europeo reclamó a través de una enmienda modificar el plazo para dejar la prohibición en el 90% de las ventas de 2035, es decir, permitir un 10% de ventas de vehículos de combustión para ese año, pero fue rechazada por la oposición de los europarlamentarios verdes.

Esto no quiere decir, al menos todavía, que la obligación de no vender coches de combustión en 2035 sea una realidad, ya que ahora los parlamentarios tendrán que negociarla con los Estados miembros. Además, el Parlamento ha aprobado un objetivo de reducción de emisiones intermedio para 2030, del 55% para los turismos y un 50% para las furgonetas.

La propuesta ha sido llevada a la cámara por el neerlandés Jan Huitema, del grupo «Renovar Europa», del que forman parte varios partidos liberales europeos, entre ellos el del presidente francés Emmanuel Macron, el del primer ministro neerlandés Mark Rutte o el del presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel.

«Con estos estándares, generamos claridad para la industria automovilística y estimulamos la innovación y las inversiones por parte de los fabricantes de coches. Comprar vehículos cero emisiones será más barato para los consumidores«, ha asegurado Huitema en declaraciones que ofrece el Parlamento Europeo.

Los fabricantes europeos ven la prohibición «prematura»

La asociación que agrupa a los fabricantes automovilísticos europeos, ACEA, no ha tardado en reaccionar a la aprobación de la medida, asegurando que «contribuirá plenamente al objetivo de una Europa neutra en carbono para 2050», pero criticando que se haya fijado el plazo en 2035.

«Dada la volatilidad e incertidumbre que estamos experimentando a nivel global cada día, cualquier regulación que vaya más allá de esta década es prematura en este momento. En lugar de ello, es necesaria una revisión transparente a mitad del camino para definir los objetivos post 2030», ha subrayado el presidente de ACEA y del fabricante alemán BMW, Oliver Zipse.

«En esa revisión primero tenemos que evaluar el despliegue de la infraestructura de carga y la disponibilidad de materias primas para la producción de baterías puedan soportar el despliegue de coches eléctricos para ese momento», ha añadido.

Los fabricantes europeos llevan tiempo reclamando aumentar el ritmo de despliegue de cargadores para alcanzar los 42,8 millones de vehículos eléctricos e híbridos enchufables que calculan serán necesarios para cumplir los objetivos europeos de reducción de emisiones en 2030, lo que requiere el despliegue de 6,8 millones de cargadores públicos frente a los 260.000 actuales.

Un estudio reciente de la patronal española Anfac, con datos del primer trimestre de 2022, revela que solo se matricularon 17.704 turismos electrificados —eléctricos y híbridos enchufables— hasta marzo de 2022, apenas el 14,7% de los 120.000 anuales que España necesita para alcanzar el objetivo de 3 millones para 2030.

Fuente: Business Insiders