Según WWF, la UE es responsable del 16% de la deforestación asociada al comercio internacional de productos agrarios de origen tropical.

La Unión Europea busca darle respuesta a los fenómenos extremos ocasionados por el cambio climático. Por eso, hoy martes 13 de septiembre, se ha debatido y votado en el Parlamento Europeo una ley contra la deforestación.

Con 453 votos a favor de la ley, 57 en contra y 123 abstenciones, las organizaciones ecologistas, como Amigos de la Tierra, CECU, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Mighty Earth, SEO/BirdLife, WWF y la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, han acogido el resultado con optimismo.

La deforestación es un proceso provocado por la acción humana, en el que se destruye o agota la superficie forestal, generalmente con el objetivo de destinar el suelo a otra actividad. Un problema creciente tanto dentro como fuera de la UE.

Porque, como aseguran desde WWF, la Unión Europea es responsable del 16% de la deforestación asociada al comercio internacional de productos agrarios de origen tropical. Se encontraría solo por detrás de China, con un total de 203.000 hectáreas deforestadas y 116 millones de toneladas de dióxido de carbono emitidas a la atmósfera, según datos de 2017 de la oenegé ecologista.

Y es precisamente por eso por lo que el Parlamento Europeo ha decidido llevar a debate cómo reforzar la acción de la UE para combatir la deforestación y, con ella, el cambio climático a la vista de las devastadoras sequías e incendios del verano.

Todas las conclusiones resultado del debate de hoy martes se resolverán el jueves junto con las respuestas de la Comisión y el Consejo sobre las ayudas a las autoridades nacionales y regionales, incluida la activación del Mecanismo de la UE de protección civil, tras las graves sequías y fuegos que han golpeado a varios Estados miembros en los últimos meses.

Pese a ello, algunas organizaciones ecologistas y de consumidores solicitan al Gobierno de España que se adopte una posición más ambiciosa que la que mantuvo en junio en la reunión del Consejo de la UE.

Ya alertaban algunas oenegés, como Ecologistas en Acción, que era necesaria la aprobación de esta ley para «ayudar a reducir la huella ambiental del comercio mundial mediante la creación de unas reglas del juego que eviten la entrada en el mercado europeo de productos y materias primas que han generado deforestación».

Aprobada la ley, ahora se exige que por primera vez las empresas que venden determinados productos en la Unión Europea demuestren que sus cadenas de suministro no destruyen los bosques.

Desde WWF han luchado porque esta ley se aprobase, ya que la consideran una «oportunidad sin precedentes para promover la necesaria transición de los actuales modelos de producción hacia sistemas productivos sostenibles».

Entre otras medidas, es de esperar que pidan a la Comisión que desarrolle estrategias de gestión de desastres a largo plazo y que simplifique los procedimientos de financiación.

La ley sirve para» proteger la naturaleza y los derechos humanos«, dicen en un comunicado desde Ecologistas en Acción. Y es que se basa «en una legislación ambiciosa y efectiva con enmiendas que van en contra la deforestación importada, provocada por la producción de soja y aceite de palma».

Estos son algunos aspectos que se han aprobado con la ley:

  • Incluir también la carne de cerdo, de oveja y cabra, las aves de corral, el maíz, el caucho, el carbón vegetal y los productos de papel impreso en el ámbito de aplicación del Reglamento. No ha cedido a las presiones de la industria y ha incluido el cuero, el producto de mayor deforestación por valor importado en la UE.
  •  Obligar a las instituciones financieras a que estén sujetas a requisitos adicionales para garantizar que sus actividades no contribuyen a la deforestación.
  •  Adelantar la fecha de aplicación retroactiva del Reglamento un año, al 31 de diciembre de 2019, frente a la posición del Consejo de la UE de retrasarla a finales de 2021.
  • Reforzar la dimensión de derechos humanos y los derechos de los pueblos indígenas, exigiendo el cumplimiento de las normas internacionales de derechos humanos y no solo de las leyes estatales sobre derechos de la tierra.

La deforestación a nivel mundial

Coincidiendo con el debate europeo, una nueva investigación publicada por PNAS muestra que, de 26 países, Indonesia representó el 58,2% de la deforestación tropical causada directamente por las actividades mineras industriales.

Brasil, Ghana y Surinam también se destacaron en el estudio, que subrayó la necesidad de medidas más fuertes para proteger los bosques tropicales de actividades económicas destructivas como la minería.

Sin duda, la minería industrial tiene impactos indirectos generalizados en la deforestación. Más de dos tercios de los países estudiados tenían, dentro de los 50 kilómetros de las áreas designadas para minas, tasas más altas de deforestación que no estaban relacionadas con otros factores.

Son 26 países que representan el 76,7% de la deforestación tropical total observada entre 2000 y 2019. En Indonesia la deforestación ha sido impulsada por la extracción de carbón en el Kalimantan Oriental.

En Brasil por la extracción de oro y mineral de hierro en Minas Gerais, mientras que en Ghana y Surinam destaca una deforestación motivada por la extracción de bauxita y oro.

Para Indonesia, Brasil y Ghana, la deforestación tropical a causa de la minería industrial alcanzó su punto máximo entre 2010 y 2014, pero continúa en la actualidad

Toda esta deforestación viene en parte motivada a la creciente demanda de minerales, en particular de metales para energías renovables y tecnologías de movilidad eléctrica.

Por lo que las políticas gubernamentales y de la industria deben tener en cuenta los impactos directos e indirectos de la extracción minera para evitar posibles consecuencias como la deforestación.

También destaca el último informe climático de las Naciones Unidas que apoya la autodeterminación indígena,  la adaptación basada en su conocimiento y reconoce los derechos de estos pueblos indígenas, siendo fundamentales para reducir los riesgos del cambio climático y conseguir una adaptación efectiva.

Fuente: El Español