El ave se extinguió en la práctica totalidad de España hacia la década de los 80 del siglo pasado. La principal causa de mortalidad en la especie accipitriforme está asociada al uso ilegal de cebos envenenados.

La primera pareja de quebrantahuesos inicia un proceso de recolonización. La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible ha confirmado la primera puesta de quebrantahuesos en medio siglo, en la provincia de Granada.

La reintroducción de esta especie no es únicamente un proyecto de conservación de fauna. Se trata de una apuesta por una la conservación del patrimonio natural. La biodiversidad es un motor generador de riqueza y bienestar.

En 2006 se iniciaron las primeras sueltas y en 2015 se registró el primer intento de cría en el medio natural, en la vecina provincia de Jaén.

El quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) se extinguió en la práctica totalidad de España hacia primeros de la década de los 80 del siglo pasado. Su último bastión fue Andalucía y más concretamente las sierras de Castril, Cazorla, Segura y Las Villas. Con la única excepción de los Pirineos, donde aún quedaba acantonada una población relicta, esta especie había desaparecido de casi todo el país.

En la actualidad se le puede observar en la cordillera Cantábrica (donde ha sido reintroducido gracias a ejemplares oscenses)

Causas de mortalidad

La monitorización de la población española de quebrantahuesos ha permitido conocer las causas de mortalidad que actúan sobre la especie. Técnicas como el marcaje y radioseguimiento posibilitan seguir y localizar ejemplares durante periodos de hasta 4 años a lo largo de considerables distancias. Analizando ejemplares hallados muertos durante los últimos 20 años en los Pirineos, 60,7% murieron por ingesta de tóxicos, 10,7% fueron abatidos por disparos, 7,1% sufrieron electrocución en apoyos de tendidos eléctricos y 3,5% murió al colisionar con líneas eléctricas,

La principal causa de mortalidad en el quebrantahuesos está asociada al uso ilegal de cebos envenenados, comprometiendo gravemente el crecimiento de la población española y su proceso de colonización de nuevas áreas. El veneno afecta especialmente a las aves adultas por su mayor experiencia en la localización de pequeños restos durante el ciclo reproductor. Afecta, por tanto, al segmento más valioso de la población dada la experiencia que disponen en el conocimiento preciso de su entorno, así como su capacidad para la reproducción.

El uso del veneno, tipificado como delito desde 1995, es una práctica ilegal que provoca la muerte indiscriminada de miles de animales silvestres en España, especialmente predadores y carroñeros entre los que se encuentran especies catalogadas en peligro de extinción.

Esta práctica está asociada a métodos obsoletos de control de fauna, a manos de personas e instituciones poco experimentadas en el manejo de fauna e insensibles con los procesos naturales de los ecosistemas españoles.

Andalucía inició un programa de reintroducción coordinadamente con las instituciones internacionales consagradas a la conservación de la especie, concretamente la Vulture Conservation Foundation, que cedió las aves para crear un centro de cría en cautividad y para liberar pollos nacidos en cautividad en las sierras andaluzas.

Así, en 2006, se iniciaron las primeras sueltas y en 2015 se registró el primer intento de cría en el medio natural, en la vecina provincia de Jaén. Desde entonces los jóvenes quebrantahuesos liberados tanto en Granada como en Jaén han estado visitando más o menos asiduamente las agrestes y bellísimas cumbres del parque natural de la Sierra de Castril (Granada), aunque sin registrar comportamientos reproductores que permitiesen pensar en una recolonización en firme de la provincia como ahora.

Fuente: ecoavant