Una serie de hallazgos y también recomendaciones presenta el esperado Informe de evaluación sobre el uso sostenible de las especies silvestres, realizado por la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES). El reporte reúne el trabajo de 85 expertos que estudiaron el vínculo entre la naturaleza y los seres humanos en diversos aspectos, estableciendo también herramientas para hacer un uso sostenible de estos recursos.

Entre los principales datos que arroja el informe destaca el que a nivel global los seres humanos utilizan cerca de 50 mil especies silvestres para subsistir, entre ellas más de 10 mil que son requeridas diaria y directamente para alimentación. Asimismo, como lo destaca IPBES en un comunicado, el 70% de las personas pobres del planeta tiene una dependencia directa con las especies silvestres, y uno de cada cinco habitantes de la Tierra depende de plantas silvestres, hongos y algas para comer y mantener sus medios de vida. Según se precisa “2.400 millones dependen de la leña para cocinar y cerca del 90% de los 120 millones de personas que trabajan en la pesca de captura se mantienen gracias a la pesca artesanal”. Incluso en ámbitos como las medicinas, los cosméticos, la decoración y el ocio, la utilización de especies silvestres es de gran relevancia.

Este uso de especies silvestres se divide en cinco grandes categorías de “prácticas”, según identifica IPBES: pesca, recolección, tala, recolección de animales terrestres (incluida la caza), y prácticas no extractivas, como la observación. En este sentido, las especies naturales también representan una importante fuente de ingresos para millones de personas globalmente. IPBES detalla que las especies arbóreas silvestres representan dos tercios de la madera industrial del mundo; el comercio de plantas, algas y hongos silvestres conforma una industria de mil millones de dólares; e incluso los usos no extractivos de las especies silvestres son un negocio importante. En cuanto al turismo basado en la observación de especies silvestres, se especifica que es una de las principales razones por las que, previo a la pandemia del COVID-19, las áreas protegidas recibían en todo el mundo 8.000 millones de visitantes y generaban 600.000 millones de dólares al año.

Por contraparte, IPBES también refiere a las amenazas que se ciernen sobre las especies, indicando, por ejemplo, que la supervivencia del 12% de las especies arbóreas silvestres está amenazada por tala insostenible y que la recolección no sustentable es una de las principales amenazas para varios grupos de plantas, especialmente los cactus, las cícadas y las orquídeas. La caza insostenible, además, se identifica como una amenaza para 1.341 especies de mamíferos silvestres.

Llamado a la acción

Pablo Pacheco, autor principal del IPBES y científico principal de la práctica de Bosques de WWF, enfatizó que “sin las especies silvestres, todo nuestro planeta se desmorona. Miles de millones de personas dependen de las especies silvestres para obtener alimentos, medicinas, energía y agua limpia. Son especialmente críticas para el sustento de las personas vulnerables de las zonas rurales, que dependen de ellas para su subsistencia, sus ingresos y sus necesidades culturales. Nuestra moderna economía global aumenta las amenazas a la biodiversidad debido a las presiones de la demanda local y el comercio mundial”.

“Vivimos en un planeta con recursos limitados, y debemos tratarlo así. La buena noticia es que el uso sostenible y equitativo de las especies silvestres es posible si abordamos la crisis de la biodiversidad desde un punto de vista tanto social como ecológico. Es fundamental reconocer las prácticas de uso sostenible de los pueblos indígenas y las comunidades locales y apoyar sus derechos de tenencia y acceso. Debemos crear políticas conjuntamente con los pueblos indígenas y las comunidades locales, que gestionan aproximadamente el 40% de las áreas terrestres conservadas y han desarrollado un rico conocimiento generacional de estos paisajes ricos en biodiversidad. Esto debería formar parte de una alineación más amplia de los procesos globales y las políticas nacionales y las acciones locales específicas”, agregó Pacheco.

Rodrigo Catalán, director de Conservación de WWF Chile, señaló que los datos entregados por el informe IPBES ayudan a comprender mejor la necesidad de conservar la naturaleza, enfrentando con medidas concretas y recursos la pérdida de biodiversidad. “La humanidad depende de las especies silvestres para la alimentación, salud, energía e ingresos y esto ocurre también en Chile. Es así como la desaparición de esta biodiversidad se vuelve crítica para comunidades indígenas y locales, así como pescadores artesanales y recolectores. Estas comunidades han jugado un papel fundamental como cuidadores de esta gran riqueza natural y ahora es urgente que las políticas públicas reconozcan y apoyen esta contribución. El último informe de IPBES nos entrega evidencia científica que tiene que ser la base de las decisiones para proteger la vida silvestre tanto por parte del sector público como privado. No podemos seguir destruyendo la biodiversidad, tenemos que apoyar a quienes la resguardan y recuperar lo que hemos perdido”, subrayó.