La Comisión Europea (CE) propuso este miércoles crear un sistema europeo de vigilancia de bosques que cubra las “lagunas” de información sobre su estado y genere una “amplia base de conocimiento” sobre su estado que permita a las autoridades nacionales y propietarios privados responder a amenazas como la deforestación, incendios o plagas.

EFE/FILIP SINGER – Fuente: EFEverde

La normativa, que debe ser negociada ahora por el Parlamento Europeo y los Estados miembros, establecerá una vez aprobada un sistema de mapas y vigilancia de unidades forestales, así como un marco de recolección de datos que combinará información estandarizada de la Comisión Europea a través del programa de satélites Copérnico con datos procedentes de los inventarios forestales nacionales.

Por otro lado, creará un marco para compartir datos sobre bosques que sea pública, también dentro del Sistema de Información de Bosques para Europa (FESI, en inglés).

Bruselas argumenta que los bosques europeos están bajo un peligro “creciente” que deriva del cambio climático y del impacto directo o indirecto de la actividad humana, a lo que se suman incendios, plagas y otros desastres naturales que “no se detienen con las fronteras naturales” y que “probablemente sean más frecuentes e intensos”.

La propuesta legislativa coincide precisamente con la publicación de un informe de la misma Comisión sobre incendios forestales que recoge que en 2022 se quemaron casi 900.000 hectáreas de la UE, que equivale aproximadamente al tamaño de la isla francesa de Córcega.

Además, los servicios comunitarios han constatado que el aumento de las temperaturas en 32 especies de árboles para el año 2100 hará perder a la masa forestal europea el 27 % de su valor, pero creen que una intervención “estratégica e informada” desde hoy “hará reducir esta reducción”.

El problema es que la información disponible sobre el estado de los bosques de la UE está “fragmentada” y los datos sobre su valor medioambiental, social y económico o las amenazas a las que se enfrentan son “heterogéneos e incoherentes”, a lo que hay que sumar que llegan con “retrasos significativos”, según explica el Ejecutivo comunitario.

“Esta propuesta facilitará la recogida y el intercambio de datos forestales oportunos y comparables que necesitamos urgentemente en Europa para cubrir las lagunas existentes”, subrayó en una rueda de prensa el comisario de Medioambiente, Virginijus Sinkevicius.

Bruselas defiende que el nuevo marco ofrecerá a las autoridades nacionales datos y conocimientos “más precisos” para la toma de decisiones y la adopción de políticas forestales, al tiempo que “contribuirá a crear una gobernanza forestal integrada” que aliente la cooperación entre países e incentive la elaboración de planes a largo plazo.

La institución europea remarca que esta normativa “no introduce nuevos requisitos” para empresas o propietarios forestales, a los que, en cambio, ayudará a “comercializar los servicios ecosistémicos” de sus bosques, por ejemplo como unidades de absorción de dióxido de carbono (CO2).

También generará “nuevas oportunidades de negocio que proporcionen ingresos adicionales” al sector privado, a juicio de la Comisión, que pone el ejemplo de un “nuevo mercado para los proveedores de servicios de vigilancia digital” en el que se incluyen “un elevado número de pymes y empresas emergentes innovadoras”.

El responsable de Acción Climática del Ejecutivo comunitario, Wopke Hoekstra, destacó por su parte que la normativa “no reemplaza los sistemas nacionales existentes” ni crea “duplicaciones”, sino que “complementa” y “refuerza” los esfuerzos que los Estados miembros ya realizan de manera individual.

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