La COP26, la cita más importante desde el Acuerdo de París, estaba prevista para noviembre pero se retrasa a 2021.

COP26

La Cumbre del Clima que estaba previsto que se celebrara en noviembre en la ciudad británica de Glasgow, conocida como COP26, también tendrá que esperar hasta 2021 debido a la pandemia del nuevo coronavirus. La ONU y el Gobierno británico han decidido este miércoles aplazar esta cita, que se preveía como un encuentro clave para relanzar la lucha contra el cambio climático. Todos los países debían presentar durante esta conferencia planes de recorte de sus emisiones de efecto invernadero más drásticos, además de terminar de desarrollar el Acuerdo de París. Para encauzar la cita de noviembre, en la que participan los representantes de casi 200 países, se tenía que llevar a cabo en junio de este año una precumbre en Bonn (Alemania) con los equipos negociadores, algo que no se considera posible en estos momentos con las restricciones existentes en todo el mundo a los movimientos. Por eso se ha decidido trasladar ambas citas. La precumbre se celebrará este octubre y la COP26 pasará a 2021, aunque todavía se debe concretar la fecha exacta, han detallado fuentes de Naciones Unidas.

La de Glasgow es la cumbre climática número 26. Y se considera la de mayor trascendencia desde la COP de 2015, en la que se cerró el Acuerdo de París, porque se espera que los países reaccionen con planes de recorte de emisiones más potentes ante la crisis climática.

El Acuerdo de París se fija como objetivo que el calentamiento global se quede dentro de unos límites no catastróficos. Y eso se traduce en que el incremento de la temperatura media del planeta no supere los dos grados respecto a los niveles preindustriales y, en la medida de lo posible, que se quede por debajo de 1,5. Para ello, deben eliminarse los gases de efecto invernadero que emite el ser humano. Y cada país tiene que presentar un plan de recorte de emisiones cuando ratifica el Acuerdo de París. El problema es que los planes de los países que hay sobre la mesa ahora llevarán a un aumento de la temperatura muy por encima de los 3 grados. Por eso se necesitan revisiones al alza de esos programas nacionales. Y la presentación de la primera revisión oficial por parte de cada Estado estaba previsto que se realizara en la cumbre de Glasgow.

Sin embargo, el Gobierno británico ha señalado a través de un comunicado que, debido a los efectos mundiales de la Covid-19, “ya no es posible celebrar una COP26 ambiciosa e inclusiva en noviembre de 2020”. “Continuaremos trabajando con todos los involucrados para aumentar la ambición climática, desarrollar resiliencia y reducir las emisiones”, ha añadido el Ejecutivo británico este miércoles.

La noticia del aplazamiento llega en un momento en el que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, al igual que otros contaminantes vinculados a los combustibles fósiles, se están reduciendo en el mundo debido a la paralización de la economía. Pero, como advierten muchos analistas, esa reducción parece ser solo un espejismo, porque está vinculada a una caída de la actividad y no a cambios estructurales en la manera de generar la energía en el mundo. De hecho, son varios los organismos y grupos de estudios que advierten de que las emisiones volverán a crecer con fuerza como ocurrió cuando pase esta crisis, por ejemplo, tras la gran recesión de 2008.

Otro temor en la lucha internacional contra el cambio climático en concreto, y en la defensa del medio ambiente en general, es el papel que puedan adoptar los gobiernos cuando se considere superada la pandemia y se intente reactivar la economía. Preocupan especialmente China y Estados Unidos, las dos principales economías del planeta y los dos mayores contaminantes. De hecho, ya están dando pasos para suavizar los controles y requisitos medioambientales para sus empresas.

“No vamos a combatir el cambio climático con un virus”, explicaba a principios de marzo António Guterres, secretario general de Naciones Unidas. En la misma línea, Greenpeace ha señalado este miércoles que “las reducciones puntuales en las emisiones no van a paliar la crisis climática, pero sí deberían servir para iniciar los cambios profundos necesarios para reducir las emisiones a cero”. “La presidencia del Reino Unido y todos los gobiernos deben aprovechar este tiempo [tras la suspensión de la cumbre] para diseñar planes de recuperación y transición resistentes que consideren el clima, la biodiversidad, el desarrollo y la justicia social de manera integrada”, ha valorado a través de un comunicado Laurence Tubiana, directora general de la Fundación Europea del Clima y una de las artífices del Acuerdo de París.

La anterior cumbre, la COP25, también resultó accidentada. Estaba previsto que se celebrara en Santiago de Chile a finales de 2019. Pero los fuertes disturbios y protestas sociales hicieron que Chile renunciara a acoger la cita. España se ofreció entonces a ser la sede de este encuentro anual, aunque Chile siguió manteniendo la presidencia de la COP. El país que ostenta la presidencia, como será ya en 2021 Reino Unido, es el encargado de dirigir las negociaciones en estas citas diplomáticas.

Fuente: El País