El Tribunal de Cuentas de la Unión Europea ha abogado por acompañar los esfuerzos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero con medidas de adaptación a los efectos del cambio climático, que en su opinión están «escasamente reguladas» a pesar de que son necesarias para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.

En un informe sobre la actuación del bloque comunitario en materia energética y de lucha contra el cambio climático, los auditores europeos han subrayado que la mayoría de las acciones de la UE respecto al cambio climático se centran en mitigarlo, a través de la reducción de emisiones, mientras que las medidas de adaptación a sus efectos «aún están escasamente reguladas».

Así, el estudio remarca que «aunque los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero tengan éxito» y se cumpla con el objetivo del Acuerdo de París – mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 2 grados centígrados – «la adaptación al clima cambiante es necesaria».

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En este contexto, el Tribunal de cuentas europeo recuerda que la base para la acción de la UE con respecto a la adaptación al cambio climático es la estrategia adoptada en 2013, que «alienta a los Estados miembros a adoptar medidas pero no impone su obligatoriedad».

«La UE necesita recortar sus emisiones de gases de efecto invernadero y también adaptarse al cambio climático. Las proyecciones actuales muestran que es necesario progresar más para lograr los objetivos de 2030 y 2050 sobre reducción de emisiones», ha destacado el responsable del informe, Phil Wynn Owen.

«También será un gran reto para la UE y sus Estados miembros anticiparse correctamente y planificar la adaptación, reducir la necesidad de actuar tarde en respuesta a eventos, que tendría mayores costes», ha añadido.

El informe del Tribunal de Cuentas europeo afirma que el «gran hincapié» sobre la mitigación se refleja en los objetivos de la UE en materia de clima y energía. En concreto, el bloque comunitario se ha fijado objetivos de reducción de emisiones, de aumento del peso de energías renovables en el consumo energético y de aumento de la eficiencia energética para 2020 y 2030.

Así, la UE pretende reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero entre un 80% y un 95% con respecto a los niveles de 1990, con algunos sectores incluidos en el mercado europeo de emisiones, conocido como ETS.

En todo caso, el estudio advierte de que estos objetivos de reducción de emisiones no se lograrán sin «importantes esfuerzos adicionales». Para alcanzar las metas de 2030, detallan, sería necesario incrementar un 50% los esfuerzos anuales de recorte de emisiones, aunque afirman que el cambio sería incluso mayor a partir de ese año.

En el campo de la energía, los auditores europeos destacan que una «parte importante» de la actuación de la UE es el establecimiento de un mercado interno que facilite el flujo de electricidad y gas en el bloque comunitario. En este sentido, han señalado que este mercado energético interior no ha sido aún desarrollado completamente a pesar del «significativo progreso» en algunas regiones.

Por último, el Tribunal de Cuentas europeo ha consultado 269 informes de auditorías. Algunas conclusiones de estos estudios son la falta de efectividad y obstáculos de las inversiones, mientras que, el hecho de que la transición a un transporte bajo en carbón no se ha desarrollado lo suficiente y que en el área de la adaptación se han centrado principalmente en las inundaciones.

Fuente: Europa Press