Recuperación de la biodiversidad y renaturalización urbana son algunas de las propuestas de expertos españoles consultados por EFEverde para afrontar el desafío de la desertificación y la sequía en el día mundial de lucha contra ambos problemas que se celebro el pasado sábado.

El 17 de junio se celebra cada año el Día mundial de lucha contra la desertificación y la sequía. EFE / SIMANJUNTAK. Fuente: EFEverde

La ONU estableció este aniversario el 17 de junio para llamar la atención sobre previsiones tan alarmantes como el hecho de que para 2050 las sequías puedan afectar a más de las tres cuartas partes de la población mundial.

En España, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en los últimos 50 años las precipitaciones se han reducido en un 25 %, un porcentaje que, afirma, pone en peligro el acceso al consumo de agua dulce; para luchar contra ellas, han surgido diversas ideas que abogan por el cuidado del suelo y el desarrollo de la biodiversidad frente a la sequía y la desertificación.

Uno de estos proyectos es ‘Olivares vivos’, impulsado por la ong SEO/BirdLife desde hace diez años, para ayudar a los agricultores a implantar modelos alternativos de cultivo que puedan recuperar la biodiversidad de estos espacios.  

Esta iniciativa busca la restauración de terrenos improductivos en fincas a través de la plantación de diversas especies vegetales y la introducción de especies animales y se enfoca en los olivos, ya que es uno de los cultivos con mayor presencia en este país, que concentra un 55 % del total a nivel mundial.

El director de ‘Olivares Vivos’ y delegado de SEO/BirdLife en Andalucía, José Eugenio Gutiérrez Ureña, ha señalado que “trabajar a favor de la naturaleza es más rentable que hacerlo en contra”, de manera que “la agricultura puede pasar de ser un problema a ser una solución”.

Gracias a esa premisa, asegura, “se puede hacer un cultivo más rentable y sostenible” y de hecho el proyecto “ha tenido muy buena acogida entre los agricultores” hasta el extremo de contar con una lista de espera de un millar de personas, por lo que “próximamente” se aplicará a otro tipo de cultivos como el viñedo.

Conservación de los acuíferos

El uso de una cubierta vegetal “es muy positivo” para proteger el suelo, porque las raíces ayudan a frenar la erosión y el agua de lluvia se queda retenida en lugar de escurrir rápidamente por la superficie sin ser aprovechada por las plantas, ha explicado la profesora titular del Grupo de investigación de hidrogeología y medioambiente de la Facultad de Ciencias Geológicas en la Universidad Complutense de Madrid, Lucía De Stefano.

“Hay un desconocimiento sobre el papel clave del suelo”, ya que las intervenciones sobre el territorio pasan por “la urbanización o la intensificación de la agricultura” sin tener en cuenta que una vez destruido “ya no se puede reponer ni volver a generar” y queda “abocado a la desertificación”.

Los espacios urbanos también “se secan”

Pero la sequía afecta también a los espacios urbanos, según apunta el arquitecto y profesor de Proyectos arquitectónicos en la Universidad de Alicante, Antonio Abellán Alarcón, puesto que “se están secando y sobrecalentando” por el efecto “islas de calor”.

La solución no está en “construir” espacios más sostenibles porque “lo más sostenible en arquitectura es no hacer”, sino apostar por espacios “con mucha más diversidad”, utilizando vegetación mucho más variada y adaptada a las necesidades, lo cual requiere una “jardinería asilvestrada en lugar de decorativa”, en la que la convivencia de muchas especies distintas beneficie a todas.

Otra práctica que ya se aplica en varias ciudades europeas y es “muy positiva” es convertir en cubiertas vegetales las azoteas de los edificios para poner en marcha “dos dinámicas que son muy urgentes en paralelo: la primera, la de lo verde y la segunda, la de la convivencia”.

Fuente: EFEverde