Un estudio elaborado por las investigadoras del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (IFAPA) del centro Camino de Purchil (Granada) Mercedes Romero-Gámez y Elisa M. Suárez-Rey, asegura que reducir la cantidad de nitrógeno presente en los fertilizantes no afecta al rendimiento productivo y contamina menos al reducir las emisiones de este gas.

Según la investigación, publicada recientemente en la revista Ecosistemas de la Asociación Española de Ecología Terrestre (AEET), señala que reduciendo las dosis de nitrógeno a un 75 por ciento, se pueden llegar a disminuir las emisiones en los cultivos de lechuga hasta un 74 por ciento, y hasta un 60 por ciento en el caso de la escarola.

Por ello, según las investigadoras, que experimenta con cultivos de lechuga y escarola, «poniendo en marcha una serie de medidas prácticas se puede llegar a disminuir notablemente la emisión de gases de efecto invernadero en cultivos hortícolas manteniendo un rendimiento comercial óptimo».

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Entre esas medias, el estudio señala que «los mejores sistemas de cultivo» son los que usan «material acolchado plástico combinado con agrotextil», ya que son los que presentan las «mayores producciones comerciales con el menor impacto medioambiental».
Según ilustra la investigación, en el caso de la escarola cultivada en sistemas de acolchado plástico combinado con agrotextil, con una dosis de nitrógeno del 100 por cien en los fertilizantes, se obtuvo un «rendimiento comercial óptimo», pero disminuyendo la dosis al 50 por ciento, el rendimiento, o productividad, «se redujo en sólo un 3 por ciento», al tiempo que las emisiones de óxido de nitrógeno «disminuyeron drásticamente, hasta un 49 por ciento».

El estudio también ha detectado altas emisiones de nitrógeno generadas durante la fabricación y procesado de los materiales como las estructuras de los invernaderos y sistemas de riego. Por ello, las investigadoras defienden que «la reducción de las emisiones generadas por la producción de dichos elementos debe considerarse como una necesidad prioritaria para la mejora ambiental del cultivo hortícola» y recomiendan hacerlo mediante el uso de materiales reciclados y de vida útil más larga».

Para Romero-Gámez, «la demanda social de una producción más respetuosa con el medio ambiente debe ser atendida a través del empleo de tecnologías que contribuyan a la preservación del medio bajo criterios sostenibles, y permitan la obtención de productos de alta calidad en condiciones de seguridad alimentaria».

Fuente: Europa Press