Este humedal sufre un doble problema. La escasez de precipitaciones en esta zona de Huelva y la extracción del acuífero para abastecer a Matalascañas.

La sequía y las extracciones del acuífero subterráneo para usos agrícolas y turísticos han provocado que solamente una laguna de Doñana, la de Santa Olalla mantenga un rastro de agua en el Parque Nacional. Las miles de láminas de agua con el carácter de temporales están secas, como corresponde a su ciclo natural, pero también la otra considerada permanente, la laguna Dulce.

El director de la Estación Biológica de Doñana (EBD), Eloy Revilla, ha explicado a Efeverde que a final de verano es seguro el completo secado de Santa Olalla, algo que ocurre por segunda vez desde que se tienen datos. Este humedal sufre un doble problema. La escasez de precipitaciones en esta zona de Huelva, que suma diez años ya por debajo de la media; y, particularmente, las extracciones de agua del acuífero subterráneo para abastecer al cercano núcleo turístico de Matalascañas, que en verano alcanza los 160.000 residentes.

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) anunció el mes pasado que iniciaba los estudios para reorganizar los cinco pozos que aportan agua a Matalascañas, que profundizan hasta los 180 metros para encontrar el líquido. De esos sondeos salen 2,2 hectómetros cúbicos para consumo turístico, en una zona del acuífero con recarga media de 70 hm, según la CHG.

El objetivo de la Confederación es cerrar los dos más cercanos a Santa Olalla, y abrir otros dos más alejados del complejo lagunar “para favorecer su recuperación”, con un presupuesto de 1,2 millones de euros. Eloy Revilla espera que se efectúe “rápidamente, el trámite no se puede eternizar”, pues Doñana se enfrenta a una situación tan grave que ha motivado sentencias condenatorias del Tribunal Europeo de Justicia por no garantizarse la conservación de hábitats protegidos.

Las lagunas temporales también son testigo de la crisis hídrica y si bien en la planimetría aparecen reseñadas miles, la progresiva falta de agua en Doñana motiva que la mayoría estén desaparecidas hace tiempo. Este hábitat, catalogado por la Unión Europea como Red Natura 2000, además de refugio para diverso tipo de fauna, permitía una orla de vegetación específica. Al no existir, se produce la progresiva matorralización de Doñana.

En los últimos cuatro años la CHG ha cerrado en el entorno de Doñana unas 600 captaciones –95 por ejecución forzosa-, además de abrir 101 expedientes sancionadores por detracción de aguas, casi todos para uso agrícola.

El nuevo Plan Hidrológico del Guadalquivir contempla 30,7 millones de euros para ampliar la depuradora de Matalascañas, y 10 con el fin de sustituir las captaciones subterráneas por otras de aguas superficiales desde la Estación de Tratamiento de Aguas Pluviales del Tinto, en Moguer. La carencia de agua en Doñana, por extracción abusiva de su acuífero, se enfrenta también a la intención del Gobierno andaluz de ampliar los cultivos de fresas.

Aunque ya en 2014 se legalizaron 9.000 hectáreas plantadas sin permiso, ahora se quiere dar oficialidad a otras 1.800 –según el cálculo de WWF-. La iniciativa motivó en febrero una dura carta de advertencia de la UE, pidiendo “respeto al Estado de Derecho”, y advirtiendo que habría sanciones económicas.

Fuente: El Confidencial