Un estudio liderado por el Dundalk Institute of Technology de Irlanda, publicado en Nature Communications, ha detectado por primera vez cambios globales en los patrones de mezcla del agua en lagos debido al calentamiento global, que afectan a la calidad del agua de lagos y embalses.

El Burguillo, Ávila

El Burguillo, Ávila

Calidad del agua de lagos y embalses

Según ha informado el Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA) en un comunicado, la investigación muestra que la duración del periodo de estratificación en los lagos del hemisferio Norte se ha alargado durante el siglo XX, en algunos casos hasta un mes entero.

El periodo de estratificación en los lagos y embalses, es un fenómeno esencial para “el funcionamiento del ecosistema y todos los usos que hacemos del agua están adaptados a su periodicidad”, ha explicado Daniel Mercado, del Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA).

“Si el latido de la estratificación y la mezcla cambia, el ecosistema y nuestra manera de gestionar y disfrutar del agua también tendrá que cambiar”, ha señalado Mercado.

“Esto ya ha tenido consecuencias en la calidad del agua de muchos lagos”, ha afirmado Rafa Marcè, investigador del ICRA y coordinador de la red de modelización internacional (ISIMIP Lake Impact Sector) que ha hecho posible este trabajo.

A su vez, Marcè ha recalcado que “muchos lagos que ahora están bien oxigenados desarrollarán déficit de oxígeno, lo que expulsará especies de peces que no lo pueden tolerar. La calidad del agua que usamos para beber y otros usos también se verá afectada”.

El supercomputador del ICRA, Undarius, ha permitido modelar el comportamiento de 17.000 lagos y embalses en la Tierra y hacer proyecciones de cómo el alargamiento del periodo de estratificación puede afectar a los lagos en el futuro si no se toman medidas para paliar el cambio climático.

“Las consecuencias para la diversidad serán en muchos casos irreversibles”, ha concluido el investigador Marcè.

En el estudio ha participado el ICRA, que cuenta con el impulso del Departamento de Empresa y Conocimiento de la Generalitat (DECO), la Agencia Catalana del Agua (ACA) y la Universidad de Gerona (UdG).

Fuente: EFEverde