El año 2023 fue el segundo más cálido en España desde 1961, estableciendo 44 récords de días cálidos sin ninguno de días fríos, según el informe de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) sobre el estado del clima en España para ese año.
En 2023 se registraron dos olas de frío, siete olas de calor y dos episodios de temperaturas muy altas fuera de la temporada de verano, explicó Rubén Del Campo, portavoz de la Aemet, durante la presentación del informe. Además, destacó que el año pasado el agua del mar alcanzó temperaturas récord.
Desde al menos 1940, las aguas que rodean a España registraron por primera vez una «temperatura media anual por encima de los 20 grados en todas las zonas costeras», tanto en áreas cercanas al litoral como en alta mar, durante la mayor parte del año, detalló el portavoz.
Del Campo advirtió que esta temperatura puede convertirse «potencialmente en combustible para danas en nuestro territorio» y también tener «repercusiones» sobre los ecosistemas marinos.
Año extremadamente cálido
Durante el acto, al que también asistió la presidenta de Aemet, María José Rallo, el portavoz subrayó que 2023 fue un año «extremadamente cálido» (el segundo con mayor temperatura media desde 1961), con una temperatura media en España de 15,2 grados, es decir, 1,2 grados por encima de la media del período de referencia 1991-2020.
El portavoz destacó que en España, las observaciones recientes muestran que «la temperatura media ha ascendido 1,5 grados desde 1961». Además, señaló que «en lo que llevamos de siglo, se han registrado los diez años más cálidos de la serie».
Aunque en 2023 hubo dos olas de frío, una de ellas comenzando el 28 de febrero y siendo la tercera más tardía de la serie, los episodios de altas temperaturas predominaron claramente: se registraron siete olas de calor (cuatro en la Península y Baleares y tres en Canarias) y dos episodios de altas temperaturas «anómalas» en abril y octubre.
El informe revela que las olas de calor en España se están prolongando tres días más por década y afectan a áreas cada vez más extensas (alrededor de tres provincias más cada diez años), además de ser más intensas, con temperaturas aproximadamente 2,7 grados más altas por decenio.
En cuanto a las máximas, se registraron 44 récords de días cálidos a lo largo del año, señaló Del Campo, quien indicó que «lo esperable en un clima no afectado por los gases de efecto invernadero habrían sido cinco récords, por lo tanto, la cifra se ha multiplicado por nueve».
Entre estos datos de altas temperaturas, destaca el registro de 37,4 grados de mínima el 12 de agosto en la estación de Guía de Isora (Tenerife), que es hasta el momento la mínima más elevada en España desde que hay registros.
En contraste, no hubo ningún récord de días fríos, lo que llevó al portavoz de Aemet a afirmar que «en la última década, por cada récord de día frío ha habido veintiocho récords de días cálidos».
2023 finalizó muy seco
El 2023 terminó siendo muy seco (el sexto con menos lluvias de toda la serie y el cuarto del siglo XXI), con precipitaciones que acumularon 531 litros por metro cuadrado, lo que representa un 84 % del promedio normal del período 1991-2020.
«En línea con un año muy seco, fue el cuarto año con mayor número de horas de sol desde 1983».
El portavoz explicó que en la mayor parte del país «las lluvias fueron inferiores a las normales», excepto en la cuenca del norte y noroeste. En las cuencas del Pirineo oriental y del sur, las precipitaciones alcanzaron el 55% y 42% de sus valores normales, respectivamente.
La escasez de precipitaciones fue menor de lo habitual en la mayor parte del país, lo que permitió que la sequía meteorológica que comenzó en 2022 continuara y, desde marzo, evolucionara a una sequía de larga duración que persistió el resto del año.
Este tipo de sequía tiene un «carácter socioeconómico y puede llegar a comprometer el abastecimiento de la población», advirtió Del Campo.
No obstante, a lo largo del año hubo episodios de lluvias intensas, como en algunos barrios de Zaragoza en julio; la dana en septiembre en el área mediterránea y la zona centro de la Península; y la nevada entre finales de febrero y marzo en Mallorca, que dejó más de 2 metros de nieve en las cumbres de la isla.
Rubén Del Campo también señaló que 2023 generó más días de tormenta de lo habitual, pero con menos rayos, lo que se explica porque gran parte de ellas ocurrieron en primavera, siendo las tormentas otoñales las de mayor intensidad y descargas.
Como dato curioso, el portavoz mencionó que el calor y el estrés hídrico de finales del verano provocaron irregularidades en los ciclos biológicos de los árboles frutales en pleno otoño, como segundas brotaciones y floraciones simultáneas a la maduración de los frutos, algo muy inusual.
Fuente: EFEverde
Deja tu comentario