Hoy en día, casi nadie discute que conocer las expectativas, actitudes y el agrado que despierta el paisaje en los ciudadanos son elementos básicos para una gestión sostenible del territorio. Un territorio planificado, con una valoración positiva por parte de la población, consensuada en cuanto al estilo de desarrollo y con un mínimo nivel de implicación individual y colectiva, puede conseguir las cuotas de sostenibilidad suficientes y necesarias.

¿Qué aporta la participación?

La participación permite implicar a los ciudadanos en los asuntos públicos aportando su criterio y experiencia en el planeamiento y desarrollo de los mismos y les permite a las instituciones un acercamiento mayor hacia la ciudadanía como fórmula para garantizar una adecuada satisfacción de sus necesidades y expectativas.

  • Enriquece las decisiones, al conocer el punto de vista, las preocupaciones, valores, prioridades y sugerencias de los ciudadanos, lo que repercute en un mejor diagnóstico del territorio.
  • Aprovecha el conocimiento local y la experiencia de la ciudadanía ofrece la oportunidad de alcanzar mejores propuestas.
  • Incrementa la eficiencia en la toma de decisiones por una mayor transparencia y responsabilidad en los procesos de consenso.
  • Aumenta la capacidad por parte de la ciudadanía, de vigilar y ejercer funciones de control a la administración, como también comprender mejor las decisiones alcanzadas.
  • Incrementa la confianza de las personas con la administración, lo cual puede prevenir conflictos.
  • Favorece el sentido de pertenencia y de responsabilidad, y la identificación de las personas con su medio.

La participación en la ordenación territorial

En cualquier proceso de participación deben debe respetarse 10 principios para lograr que los resultados finales aporten “valor agregado”; ya que tal como expresaba el célebre urbanista americano Kevin Lynch (1992) “una participación equivocada es peor que ninguna participación”.

  • No se ejercita con fórmulas o recetas únicas.
  • Debe ser informada.
  • Debe ser transparente y las contribuciones de la ciudadanía deben ser respetadas.
  • No significa que los terceros toman las decisiones, sino que contribuyen en la toma de decisiones.
  • Es eminentemente local.
  • Debe ser planificada y documentada.

  • No es una formalidad, es esencial para lograr soluciones sostenibles y eficaces.
  • Debe ser proactiva.
  • Genera responsabilidades compartidas.
  • Requiere apertura de las partes durante todo el proceso del proyecto.

Calidad de la información

En cualquier proceso de participación la información debe ser: idónea, necesaria, suficiente y oportuna. Con objeto que los ciudadanos puedan formar sus puntos de vista respecto al proceso sobre bases reales, desterrando prejuicios o concepciones erróneas, fruto del desconocimiento o el conocimiento parcial de la propuesta.

¿Cómo podemos participar?

En general, podemos destacar según Busquets y Cortina (2009) ochos modelos de democracia participativa alternativos a los tradicionales (referéndum, iniciativa legislativa e iniciativa popular), que se han llevado a la práctica en asuntos del paisaje:

  • La encuesta de opinión deliberativa: consiste en reunir una muestra representativa de ciudadanos con la finalidad de que discutan temas de relevancia, y tengan la oportunidad de formular preguntas a expertos y representantes institucionales.
  • Los jurados ciudadanos: basados en la técnica del jurado tradicional, reúnen un grupo de ciudadanos, bajo la guía de un moderador neutral, discuten sobre cuestiones que les afectan.
  • Los comités consultivos ciudadanos: están integrados por representantes de organizaciones ciudadanas y poderes públicos, y bajo la coordinación de un moderador, están llamados a encontrar puntos de consenso entre intereses contrapuestos.
  • Las estructuras de participación vecinales: pueden variar en cuanto a la composición, finalidad, funcionamiento o grado de influencia, y pueden ser como puntos de atención al ciudadano, los centros de información sobre servicios sociales, las comisiones de trabajo o los centros cívicos, entre otros.
  • Los foros de discusión: reunir ciudadanos que deciden participar voluntariamente en procesos deliberativos, intentando ir más allá de los posicionamientos técnicos, ideológicos y políticos.
  • Las conferencias de consenso: instrumentos innovadores que permiten a los ciudadanos expresar su opinión sobre cuestiones técnicas complejas, escuchan a expertos y llegan a un consenso, ayudados por un moderador.
  • La mediación: las partes implicadas, bajo la dirección de un mediador neutral, llegan a soluciones operativas consensuadas.
  • Instrumentos de democracia electrónica: basado en el uso de las tecnologías de la información y comunicación que guía a la participación de los ciudadanos, sobre todo a través de Internet. Las características de estos nuevos instrumentos – facilidad de acceso, capacidad de interacción, velocidad, bajo coste – facilitan enormemente la difusión de la información, la organización de debates, las consultas ciudadanas o la comunicación entre ciudadanos y políticos.

Conclusiones

Como podemos observar, la participación es algo lo suficientemente complejo para dejarlo como una cuestión menor. Por cuanto, solo una participación ciudadana activa, y no pasiva, en asuntos del paisaje permitirá reforzar la legitimidad de las decisiones públicas en su conjunto.

A continuación, se discuten aspectos básicos al momento de afrontar la puesta en marcha de un proceso de participación en asuntos del paisaje:

Gonzalo de la Fuente colabora con el Instituto Superior del Medio Ambiente como docente de los cursos: Turismo y desarrollo sostenible y Paisaje e intervención ambiental