La regulación de la calidad y la cantidad de agua que llevan los ríos es uno de los servicios ecosistémicos más importantes que nos oferecen los bosques. Los diferentes estratos de vegetación del bosque (árboles, arbustos y hierbas) reducen la velocidad con la que las gotas de lluvia impactan contra el suelo, y también la velocidad con la que el agua corre por encima. Esto aumenta la capacidad de infiltración del suelo hacia los acuíferos y reduce la erosión.

Como resultado, cuando hay bosque, el riesgo de inundación en episodios de lluvias intensas es menor. Además, aunque habitualmente llega menos agua en los ríos, ésta es de mejor calidad.

Este proyecto estudia diversas estrategias de adaptación al cambio climático para hacer un uso más eficiente del agua en sistemas forestales, agrícolas y urbanos.