Después de 24 horas de negociaciones, los casi 200 países representados en la capital catarí lograron un resultado que la secretaria general de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), Christiana Figueres, calificó de «histórico» y las organizaciones no gubernamentales de «fracaso».

De la XVIII Conferencia de las Partes de la ONU sobre Cambio Climático (COP18), sale renovado el Protocolo de Kioto, aunque no cuenta con grandes potencias como Japón, Rusia, Canadá y Nueva Zelanda. Tampoco se ha sumado Estados Unidos, que nunca llegó a ratificarlo.

Estas ausencias implican que los países que se han comprometido a reducir su emisiones durante el segundo periodo de Kioto, con los de la Unión Europea, Australia, Noruega y Suiza a la cabeza, generan poco más del 15 % del total de emisiones contaminantes mundiales.

En una rueda de prensa, Figueres alabó el acuerdo aunque pidió «más voluntad política».

«Tenemos la tecnología y las finanzas y la ventana de los dos grados centígrados (de aumento en las temperaturas globales) se está cerrando sobre nosotros», insistió.

La delegación española, encabezada por el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, consideró que el resultado «sienta las bases de una acción contra el cambio climático más fuerte y ambiciosa en el corto plazo y cumple con el objetivo de hacer efectivo el segundo periodo de compromiso a partir del 1 de enero de 2013».

Las ONG, agrupadas en la Red de Acción Climática, lamentaron que no se haya conseguido un compromiso por parte de los países desarrollados para aumentar la financiación para el clima hasta alcanzar los 100.000 millones de dólares en 2020.

Campaña para el pago del Fondo Verde para el Clima. http://www.cfact.org

El texto aprobado hace referencia al superávit de emisiones del primer período de compromiso de Kioto, que expira este año, por lo que Australia no comprará derechos de emisión arrastrados del citado período de compromiso.

Respecto a la Unión Europea (UE), se menciona que en su paquete energía-clima para el cumplimiento de sus objetivos de reducción de emisiones para el período 2013-2020 no está permitido el uso de estos excedentes.

El acuerdo establece un mecanismo para que cada país examine sus objetivos de reducción de emisiones antes de 2014, con el objetivo de que estos sean más ambiciosos.

Además, se reafirma el compromiso, ya alcanzado en la cumbre de Durban (Sudáfrica), de adoptar un protocolo internacional jurídicamente vinculante en 2015, para que entre en vigor en 2020, al término del segundo periodo de Kioto.

La delegación de la UE se congratuló de los acuerdos alcanzados, que permitirán aplicar el Protocolo de Kioto en solo tres semanas, pero insistió en la necesidad de avanzar en la financiación.

Aunque el acuerdo de Doha presiona a los países desarrollados a anunciar nuevas ayudas financieras para la lucha contra el cambio climático, las condiciona a las circunstancias económicas.

El texto da un impulso al Fondo Verde para el Clima y se propone que las ayudas a largo plazo de los países desarrollados alcancen los 100.000 millones de dólares al año antes de 2020, algo que se espera se concrete en la cumbre de Varsovia en 2013.

Las partes avanzaron también en la creación de un fondo para que los países en desarrollo afronten los gastos derivados de las pérdidas y daños causados por el cambio climático.

Sobre estos aspectos, en nombre de los pequeños estados isla, el portavoz de Nauru (estado de Micronesia, en el Pacífico), incidió en la importancia de la financiación para mitigación y adaptación, y advirtió de que si esto no se consigue el año que viene «estos estados desaparecerán».

Fuente: EFEverde