La estación de esquí de La Molina abandera la apuesta por la sostenibilidad de este tipo de instalaciones en el Pirineo, tanto de España como de Andorra y Francia, con una caldera de biomasa que le permite abastecer con madera de sus propios bosques los edificios del complejo.

Esta sensibilidad se ha hecho extensiva de todos modos a pistas de países vecinos como sucede con la andorrana de Vallnord, que ha inaugurado una central hidroeléctrica, o la francesa de Les Angles, con un proyecto integral que incluye el reciclaje de basuras.

Energía más sostenible con biomasa

El caso de La Molina es uno de los más destacados, ya que la caldera de biomasa con la que alimenta los edificios de oficinas, servicios y restauración está en funcionamiento desde 2012.

Según uno de los técnicos responsables de la puesta en marcha y gestión de esta instalación, Francesc Arrebola, la energía que se obtiene sirve además en verano para calentar el agua de la piscina.

“La caldera tiene un funcionamiento igual al de una convencional de gasóleo, pero el combustible es astilla o poda”, ha detallado Arrebola.

Al respecto, este técnico subraya que si los servicios que se abastecen de esta forma lo hicieran “con combustible fósil se hubiesen emitido unas 200 toneladas de dióxido de carbono, que corresponderían a unos 72.000 litros de gasóleo”.

Para Francesc Arrebola, la inversión realizada es muestra de “la apuesta de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya -entidad que gestiona La Molina- en cuanto a conservación del entorno, medio ambiente y, en este caso, a reducción de toneladas de dióxido de carbono que se emiten a la atmósfera”.

Gestión forestal

Uno de los empleados de la estación que trabajan directamente con la caldera, Xavier Perpinyà, jefe de servicio técnico, destaca además que la astilla proviene de la propiedad forestal de la instalación, de unas 700 hectáreas, de las que 350 corresponden a bosque.

“La Molina ha realizado un plan de gestión forestal al que obliga el Departamento de Territorio y Sostenibilidad y, con los árboles que no sirven para ir a la serrería, se hace la biomasa, que es madera de mala calidad que, ahora, se utiliza para la calefacción de todo el inverno”, precisa Perpinyà.

Las talas son programadas y permiten, a la vez que se limpia ese bosque de propiedad de la estación para evitar incendios, obtener una energía verde.

La tendencia que lidera La Molina es secundada también en Andorra por Vallnord, una instalación que ha desarrollado una turbina hidráulica capaz de abastecer sus necesidades energéticas.

Su director general, Xavier Arjona, ha explicado que el proyecto se ha trabajado entre el Comú de Ordino, los responsables de la estación y la compañía eléctrica Nord Andorrà en un proyecto del gobierno para que Andorra alcance una autosuficiencia energética del 50 por ciento.

“Se trataba de aprovechar la presa de la que se toma el agua para los cañones y alimentar con ella una turbina hidráulica de una minicentral eléctrica”, ha indicado Arjona.

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Infraestructura hidroeléctrica

El salto de agua es de 200 metros y lo que genera al año es el equivalente a lo que consume la estación, teniendo en cuenta que el gasto es mucho más elevado en invierno y que se tiene en cuenta la suma anual.

“Cuando se nos planteó si podíamos contribuir con la cesión de la presa nos pareció fantástico”, ha indicado el director general de Vallnord, satisfecho de una obra que arrancó en 2016.

Nord Andorrà abona el canon al Comú de Ordino, que es el propietario de la estación, con lo que los beneficios económicos impactan indirectamente en la gestión de las pistas.

En total, la nueva infraestructura hidroeléctrica tiene una producción de dos millones de megavatios/hora de producción anual, que convierten a Vallnord en otro de estos modelos verdes por lo que se refiere a estaciones de esquí del Pirineo.

El tercer ejemplo, éste en Francia, es el de Les Angles, una instalación que cuenta con la certificación medioambiental ISO 14001.

La instalación cuenta, según explica el responsable de la Oficina de Turismo, Antonio Martín, con “un protocolo riguroso destinado a exigir a todos los equipos de mantenimiento un nivel elevado de calidad”.

Esa línea de actuación supone que, para la prestación de todos los servicios de la estación, se utilizan productos biológicos como aceites o desengrasantes.

Evitar contaminación

Además, la política se centra en evitar la contaminación del suelo y el agua y en el reciclaje de basuras sin dejar de lado aspectos relacionados con la movilidad como es la presencia de lanzaderas para limitar el uso de vehículos privados.

El control del agua es otro de los aspectos destacados y se aplica especialmente al de la que se utiliza para la producción de nieve.

Los cañones han visto aumentado su volumen de aire para mejorar el gasto y el municipio gestiona los bosques y desarrolla su propio combustible en forma de ‘pellet’ o pequeños trozos de madera, que se destinan a la calefacción de los edificios públicos de Les Angles.

Fuente: EFE Verde