Hasta la puesta en funcionamiento de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR), que gestiona de forma automatizada las aguas sucias de una población de algo más de 20.000 habitantes, Medina del Campo depuraba sus aguas, antes de verterlas directamente al río Zapardiel, mediante un sistema de lagunaje -una antigua idea importada de Israel- que lograba la limpieza de las aguas sucias a través del paso del agua por cuatro lagunas.

Hasta entonces, la depuración de una gota de agua tardaba 35 días, mientras que con la nueva EDAR, se consiguió optimizar el proceso y reducirlo a apenas 24 horas y con mejores resultados químicos.

De ese modo, el antiguo sistema, compuesto por tres lagunas anaeróbicas situadas en la zona de desbordamiento del pequeño Zapardiel, quedó abandonado. Cuatro años más tarde, el jefe de la EDAR, Patricio Hermosilla, tuvo el sueño y la convicción de que sería capaz de crear un ecosistema biodiverso completo si llenaba de agua depurada las lagunas.

«Donde hay agua, hay vida y, con ella, llegarán las aves y vegetación», pensó Hermosilla en 2008 cuando propuso la idea a sus superiores de Aqualia a quienes dijo, además, que sería capaz de atraer diferentes tipos de aves jugando con la profundidad del agua, la vegetación y, poco a poco, lograría la naturalización completa del ecosistema en las lagunas, con islas y lugares para que aves, anfibios y mamíferos pudieran anidar y establecerse.

Aqualia, en el marco de sus objetivos ambientales, aceptó la «especial» propuesta «con escepticismo al principio» pero en la actualidad es uno de los proyectos que más interés suscita en la empresa, según ha explicado a Europa Press el director de comunicación, Alberto García, que alaba el tesón de Hermosilla, quien recuerda que las lagunas estaban «totalmente contaminadas y degradadas». «En la actualidad otras plantas que contaban con sistemas lagunares están interesadas en replicar la idea de Patricio», comenta.

El jefe de la EDAR, químico de formación, celebra que el proyecto es ya una realidad en la que están involucrados «todos», desde abajo hasta arriba y que los propios trabajadores de la planta, siete personas, son quienes, más allá de sus tareas propias de depuración, pasan buena parte de su tiempo dedicados a la laguna, observando aves, reparando las plataformas de anidación o la torre de observación.

«La ilusión de todos va más allá del mero trabajo de depuración de las aguas residuales de Medina del Campo y todos hemos aprendido muchísimo de ornitología. Esto hace que la calidad y motivación en el trabajo haya aumentado. Poder trabajar en un humedal y compatibilizar trabajo con naturaleza da un valor adicional a mi trabajo», subraya.

Fuente: Pixabay

Una década y 125 especies

En una década han conseguido una población media mensual de unas 400 a 480 aves de unas 50 especies diferentes, dependiendo de la época del año y el total de especies avistadas llega a 125 aves, sobre todo del hábitat acuático y el entorno estepario.

La última «Lista de las Aves de España 2019» de SEO/BirdLife constata que en total hay en España 622 especies de aves distintas, lo que supone que en estas 13 hectáreas y poco más, se concentra a lo largo del año más del 20 por ciento de todas ellas. Aún más, si únicamente se tiene en cuenta las aves observadas en la Península y Baleares, el porcentaje sube hasta el 21,62 por ciento.

Hermosilla destaca que la zona de Medina del Campo es lugar de paso migratorio para muchas especies y por ello añade que se avistan cada día especies que no son comunes en la zona, lo que da al ecosistema un valor extra, desde el punto de vista ambiental y ornitológico.

Entre ellas, cigüeña negra, combatientes, espátulas, flamencos, pechiazúl, porrón pardo (en peligro de extinción), somormujos, malvasías, tuerce cuellos, zampullín cuellinegro, zarapitos; cercetas, moritos, halcón peregrino, garzas reales y hasta un flamenco llegado del delta del Tajo.

Asimismo, el responsable del proyecto añade que cada vez se observa un mayor número de aves rapaces, como el aguilucho cenizo, que es ya un «usuario habitual» en la laguna y nidifica en los carrizos de la misma; y señala también la presencia habitual de ratonero común, milano real, águila culebrera, milano negro, águila calzada, cernícalos, halcón peregrino, halcón de Eleano, águila imperial y águila real.

Sin embargo, destaca que «uno de los grandes éxitos hasta la fecha» en la laguna y que genera que se mantenga una «gran actividad» a lo largo del verano -cosa que no sucede en otros humedales esteparios que se secan en la temporada estival-, es el hecho de que en ella anidan y se reproducen cigüeñuelas, avocetas, cercetas, zampullín chico, zampullín cuellinegro, ánade real, focha, pola de agua, ánade friso y, como «rareza provincial» se ha registrado este año la reproducción del tarro blanco.

Recrear distintos humedales

El proyecto, que hasta la fecha ha obtenido dos galardones, Eccoinnova 2009 y Territorio & Marketing 2011, cuenta con otra peculiaridad: Hermosilla explica que para lograr las distintas variedades de aves, las lagunas se llenaron a distinta línea o nivel de agua, de modo que una de las tres apenas cuenta con 30 centímetros de fondo lo que permite unas «condiciones ideales para las aves limícolas». Así, precisa que una laguna tiene más altura, para las aves acuáticas, otra se destina a las aves limnícolas y la tercera es mixta, para que siga su ciclo natural.

De este modo se ha facilitado la concurrencia de cigüeñuela -de la que hay constancia de al menos 30 nidos-, avefrías, andarríos chico, grande y bastardo, varias especies de chortilejos y de correcaminos y combatientes.

El jefe de planta de Aqualia tiene en mente que jugando con la profundidad del agua y la vegetación, su idea es lograr la naturalización completa de un ecosistema que partía de un deterioro antrópico con el objetivo de conseguir la cien por cien de la recuperación y atraer también anfibios y mamíferos.

La iniciativa tiene también un valor científico significativo ya que durante los primeros diez años del proyecto se han realizado censos mensuales y anuales, para obtener información rigurosa sobre las especies, así como campañas de anillamiento. Solo en el mes de agosto de este año, hasta el día 27, han pasado por la laguna 784 ejemplares de 59 especies.

Los próximos pasos serán la instalación de cajas nido y facilitar la divulgación ambiental del proyecto en el entorno, pero con «extremo cuidado y respeto» para la biodiversidad recuperada. «Queremos compartir este humedal con personas externas a la EDAR municipal, pero tenemos que ser muy cuidadosos para evitar ahuyentar las aves que tanto esfuerzo ha costado que vinieran. Debemos analizar bien de qué forma y a qué distancia podemos instalar un lugar de observación», concluye.

Fuente: 20minutos