LiquenCity es un  proyecto de ciencia ciudadana que coordina el Nodo Español de Información en Biodiversidad (GBIF.ES), el CREAF, el Real Jardín Botánico (RJB-CSIC) de Madrid y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), con la colaboración del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio-UB) y de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. El objetivo de este proyecto es averiguar cuál es la diversidad de líquenes que viven en los árboles de Madrid y Barcelona y relacionarlo con la calidad del aire.

El proyecto busca la participación de los habitantes de ambas ciudades que, junto con la colaboración de un equipo experto en líquenes, encontrarán e identificarán los líquenes que viven en ambas capitales.

Se buscan 16 especies de líquenes urbanitas para conocer la calidad del aire de Madrid y Barcelona

¿Por qué los líquenes? Porque son buenos bioindicadores. Los líquenes son muy sensibles a los cambios ambientales en general y a los niveles de contaminación atmosférica en particular. Esto los hace adecuados para que la ciencia los utilice para medir este tipo de contaminación.

Fuente: www.liquencity.org - Especie: Parmotrema perlatum. Autor: Antonio Gómez Bolea

Así de sencillo, hay líquenes que crecen sólo en zonas con poca contaminación y líquenes “todo terreno” que podemos encontrar también en zonas muy contaminadas. Por ello, para facilitar la participación ciudadana en LiquenCity, se ha elaborado un listado con 16 especies de líquenes comunes y fáciles de identificar que podemos encontrar en Madrid (9 especies) o en Barcelona (10 especies); tres de las 16 viven en ambas ciudades. En esta lista hay especies muy sensibles que sólo viven en zonas con aire muy limpio, como Evernia prunastri (presente en ambas capitales), y otras más resistentes que pueden vivir también con alta contaminación, como Phaeophyscia orbicularis (en Madrid) o Hyperphyscia adglutinata (en Barcelona). “Teniendo en cuenta toda la diversidad de líquenes más allá de la lista, si en un distrito hay muchas especies diferentes significa que la calidad de la atmósfera es mejor, así que hay que buscar el máximo de líquenes en cada zona, no sólo los más sensibles” comenta Bernat Claramunt, investigador del CREAF.

El reto

Gracias a la participación ciudadana, en 2019 se tendrá la información necesaria para realizar mapas de la contaminación atmosférica de Madrid y Barcelona basados en la diversidad de líquenes que viven en nuestros árboles urbanos.

Con estos resultados podremos dar recomendaciones que pueden ser implantadas en los planes de uso y gestión de ambas ciudades, para tomar medidas que mitiguen los niveles de ciertos contaminantes.

Además, obtendremos un detallado inventario de las comunidades liquénicas de nuestras ciudades que, posteriormente, será publicado en GBIF, la Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad, con el objetivo de que sean útiles para otros estudios de investigación (ciencia ciudadana).

Si la experiencia se replica en el tiempo en ambas ciudades, se podrá monitorizar el cambio en las comunidades liquénicas y ver si las medidas adoptadas para mitigar la contaminación atmosférica son efectivas.

LiquenCity va al cole

Prácticamente en todos los distritos de Madrid y Barcelona se cuenta ya con al menos un centro educativo para realizar la actividad. Se darán charlas y se harán safaris urbanos para ver y registrar en Natusfera los líquenes que encuentren en su barrio. En Madrid la actividad comienza el 16 de octubre en el Colegio Zazuar de Villa de Vallecas. Y en Barcelona, el 22 de octubre en la Escola Mestral, de Sant Feliu de Llobregat.

Para facilitar su labor, el proyecto ha lanzado una web muy completa con toda la información. Tanto docentes como escolares tienen a su disposición varios materiales didácticos: un tríptico que recoge las líneas esenciales del proyecto, un cartel explicativo, fichas de las 16 especies de líquenes y de los árboles donde se pueden observar en cada ciudad, mapas donde se va a desarrollar el proyecto, así como la agenda de actividades con las escuelas, una metodología y recomendaciones para el muestreo.

Materiales que, además, se pueden descargar de la web por parte de todo aquel que quiera participar.

Asimismo, se han puesto en marcha también el proyecto de Natusfera en Madrid y el proyecto de Natusfera en Barcelona.

En definitiva, “LiquenCity está a pleno rendimiento y es una buena oportunidad para que, no solo los escolares que ya están inscritos, sino que todo aquél que quiera participar se convierta en ciudadano científico”, concluye el investigador Sergio Pérez Ortega.

Fuente: http://liquencity.org y Creaf