El nuevo Gobierno liderado por Mariano Rajoy deberá abordar distintos temas ambientales de gran calado puesto que estas políticas afectan al desarrollo sostenible que debe tener en cuenta tanto los aspectos económicos como los sociales y los ambientales.

El tema pendiente más urgente, puesto que el Ejecutivo en funciones consideraba que no se debía aprobar en esa condición política, es la ratificación del Acuerdo de París contra el cambio climático, que ya ha ratificado la Unión Europea y varios de sus Estados miembro, así como otros países como Estados Unidos o China.

Precisamente este acuerdo multilateral entrará en vigor el próximo 7 de noviembre, por lo que España -probablemente– acudirá a la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático que se celebrará en Marruecos hasta mediados de mes sin que España haya ratificado sus compromisos.

En esta línea España deberá reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, tanto las sujetas al mercado de emisiones, tales como la energía y otras industrias, como las de los sectores difusos: las del transporte o la vivienda. Además, en esta senda hacia una economía libre de emisiones, España deberá replantearse el parón que han experimentado las energías renovables tras el conocido como «impuesto al sol», que ha ralentizado el sector.

En materia energética, el nuevo Gobierno hereda la decisión de renovar o denegar la autorización a la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) para que siga produciendo electricidad. Sin embargo, antes de tomar la decisión el nuevo Gobierno deberá recibir el informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) al respecto, que será preceptivo si es favorable a la continuidad, y vinculante, en caso de que el regulador estime que la planta no debe seguir abierta.

Al mismo tiempo, el Ejecutivo de Rajoy tendrá que dar una solución a los residuos nucleares españoles, pues el Parlamento instó al Gobierno en 2004 a construir un almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares de alta actividad pero hasta final de 2011 no se eligió la ubicación del mismo, en Villar de Cañas (Cuenca).

Si bien, aunque el emplazamiento cuenta con el visto bueno del CSN, el Gobierno aún no ha dado un paso adelante, puesto que el gobierno autonómico de Castilla-La Mancha ha recurrido la decisión, al considerar que el ATC está en un área de especial valor ambiental. El silo atómico, que debía comenzar a funcionar en 2017 no tiene puesto aún su primer ladrillo.

Por otro lado, en materia de agua, la Unión Europea ha exigido a España que modifique varios aspectos de la planificación hidrológica española y el Parlamento, recientemente ha aprobado una proposición no de ley para que España alcance un pacto nacional del agua que aglutine el máximo consenso.

En materia de biodiversidad, España debe de terminar su plan de áreas marinas protegidas y elaborar distintas estrategias para paralizar la pérdida de biodiversidad.

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En este sentido, el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, ha destacado que el nuevo Gobierno llega en un momento de «profunda crisis ecológica global», en el que la pérdida masiva de biodiversidad y la destrucción de valiosos ecosistemas, junto con el aumento imparable de las temperaturas ocasionadas por la concentración sin precedentes de CO2 en la atmósfera, dejan claro que cualquier gobierno responsable debería convertir la protección del medio ambiente en una prioridad.

Del Olmo pide a las fuerzas políticas que en esta legislatura «marcada por los pactos» que la defensa del medio ambiente ocupe el lugar que merece en el debate público y reclama un «pacto por la naturaleza y la sostenibilidad» que permita apostar por un cambio y por políticas sostenibles ambiciosas a medio y largo plazo.

Por ello, reclama al Gobierno que coloque el medio ambiente en el centro de la agenda política y «poner fin al frenazo» en las políticas ambientales experimentado durante la crisis económica y especialmente en la última legislatura.

Para ello, el responsable de WWF cree que es «vital» contar con una Vicepresidencia de Sostenibilidad y un Ministerio del Medio Ambiente independiente, «fuerte y con voz en el Consejo de Ministros».

En su receta, advierte al nuevo Ejecutivo de Rajoy de que es «fundamental» no volver a caer en la tentación de la economía del ladrillo que «vuelve a aparecer en el horizonte» y apostar por un cambio en el modelo productivo basado en la inteligencia y en una economía baja en carbono.

En su opinión, esto implica un despliegue rápido y a gran escala de las energías renovables que conllevará eliminar los «obstáculos» de la pasada legislatura y cortar cualquier apoyo público a los sectores basados en las energías fósiles. «Sin duda esto tendrá consecuencias positivas e inmediatas en la economía y en el empleo en nuestro país», ha vaticinado.

Del mismo modo, ve necesario que el nuevo Gobierno apueste por proteger la biodiversidad y los ecosistemas que mantienen la economía, gestionar los recursos naturales como el agua, la pesca o los bosques basándose en la ciencia y no en las presiones empresariales o políticas.

En ese sentido, cree que se deberá garantizar la «coherencia» de políticas como la agraria, la pesquera, la energética o la de transportes a los que considera «auténticos motores» de la pérdida de biodiversidad en España.

En materia de cambio climático, lamenta el papel «hoy casi inexistente» en los esfuerzos globales para defender el medio ambiente y reclama la ratificación «inmediata» del Acuerdo de París y apoyar la normativa europea de protección ambiental más exigente posible y contribuyendo y aplicando los Objetivos de Desarrollo Sostenible «con toda la amplitud y calado posible».

Fuente: La Vanguardia