Un informe de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) dado a conocer hoy advierte de que el vertiginoso desarrollo urbanístico e industrial de los países del Golfo Pérsico, incluida la construcción de «megaislas», está amenazando gravemente el medioambiente de la región.

El informe señala que la construcción de gigantescas islas artificiales, las mayores de la historia, en países como Dubai, y la explosión demográfica de la región amenazan los frágiles ecosistemas del Golfo Pérsico.

Según los datos recopilados por el Instituto del Agua, el Medio Ambiente y la Salud (IAMAS) de la Universidad de las Naciones Unidas, la población de los países del Golfo Pérsico está creciendo a una media anual del 2,1 por ciento, el doble que la media mundial.

El informe también señala que, con la construcción de estructuras, un país como Qatar ha duplicado su línea costera en una década al pasar de 563 kilómetros en 1999 a 1.239 kilómetros en 2010.

Y en los Emiratos Árabes Unidos (EAU), cuatro gigantescas islas artificiales (Palmera Jebel Ali, Palmera Jumeirah, Palmera Deira y El Mundo) añadirán 439 kilómetros a la costa y 120 kilómetros cuadrados de territorio.

Uno de los autores del informe, el académico Peter Sale, director adjunto de IAMAS, declaró a Efe: «no estamos prediciendo un desastre, pero hay muchas razones para estar preocupados«.

Sale señaló que el mayor problema al que se enfrenta la región es «el desarrollo costero, que es muy rápido y muy extendido en muchas partes, que se añade a otros problemas ya existentes, como la pesca excesiva de los recursos marinos y la constante contaminación debido a la producción de petróleo».

Por ejemplo, un 70% de los corales originales del Golfo se han perdido y el 3% de los restantes están gravemente amenazados.

Palm Island. Dubai. www.alasislas.com

Pero el académico también dijo que los problemas recopilados en el informe se pueden aplicar a otras regiones del mundo, como China, partes del sureste asiático y la Rivera Maya de México.

Entre los problemas constatados se señalan en el informe la contaminación provocada por la falta de tratamiento de aguas residuales y la masiva desalinización del agua marina.

«Más gente significa más necesidad de agua potable y eso se ha traducido en el sustancial aumento de la desalinización», afirmó Hanneke van Lavieren, otra de las autoras del estudio e integrante de IAMAS, quien apuntó que entre el 70 y el 90% de las necesidades de agua potable de la población depende de la desalinización del agua marina.

Según el informe, «las características físicas y la naturaleza semicerrada del Golfo proporciona las condiciones ideales para la acumulación de la contaminación y puede crear una trampa de contaminantes común a otros mares cerrados o semicerrados«.

Van Lavieren también dijo a Efe que los países de la región deberían reconsiderar el actual ritmo y magnitud del desarrollo de sus costas y realizar mejores estudios medioambientales de sus consecuencias.

En este sentido, Sale se mostró especialmente crítico con lo que llamó la «debilidad de la comunidad científica».

«Uno de nuestros argumentos es que el problema viene principalmente de la falta de apreciación del valor del ecosistema del Golfo», dijo Sale.

«Es una región donde el ritmo del desarrollo ha superado el nivel de entendimiento del ambiente que el desarrollo está impactando. Y es una parte del mundo que tiene una débil comunidad científica, muy bajos niveles de investigación científica en las universidades y muy limitadas cantidades de información sobre lo que hay», continuó.

El informe indica que el Golfo Pérsico necesita programas integrados de gestión de los recursos y adaptación al cambio climático, un proceso de valoración de los impactos ambientales que sea riguroso científicamente y transparente, y nuevas leyes, tanto regionales como nacionales relacionadas con el desarrollo costero.

Fuente: http://www.abc.es